Un amigo.

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La vida en la base es una vida ocupada pero sencilla, hace apenas unos días desde que llegué aquí y no hemos tenido ni siquiera una pista del paradero de mi hermanito, la preocupación no me deja dormir, a veces pienso en todo lo que debe estar pasando y el apetito rápidamente se me quita, siento el afán de salir corriendo a salvarlo, el problema es que no sé hacia donde.

Siento que tengo encima todos los problemas del mundo y me ahogo, ya no tengo uñas de tanto morderlas, es lo único que puedo hacer con la ansiedad que me entra a veces, también me siento muy solo... Mis compañeros del grupo tampoco hacen fácil mi estadía en el lugar, apenas al llegar donde se encuentra el grupo reunido siento como el ambiente se tensa con mi presencia, claramente no me quieren ahí.

Ya no soy tan enclenque y me acostumbre a la rutina, me costo trabajo pero ahora puedo soportar mi propio peso y hacer bien algunos ejercicios, supongo que sólo era cuestión de intentarlo y esforzarme. También trabajo en mi flexibilidad por la noche cuando no puedo dormir y lo único que puedo hacer es llorar. En cuanto a la pelea cuerpo a cuerpo me ha tocado aprender a defenderme contra los ataques de los omegas de mi grupo, si no quién sabe con cuantas costillas rotas terminaré... Me toca aprender y asimilar todo rápido, este lugar no espera a nadie.

-Oye nuevo- Me llamó alguien. Voltee dejando de golpear el saco de boxeo con mis puños.

-Tengo nombre- Le dije a un tipo que se acercaba, al parecer era humano.

-Pues yo no me lo sé- Fue toda su respuesta.

-Black Daniel- Le dije entonces siguiendo con lo mio, la verdad no quería problemas, y desde que llegué al lugar parece que tuviera un letrero en la frente que dice que si.

-David Belle- se presentó -Así que tu eres el omega del que todos se quejan- Más bien aseguró.

-Puede ser, ¿quienes me hacen propaganda?-quise saber.

-Naturalmente tus compañeros... También tus instructores, lo siento chico, no les gustas-Me dijo burlesco ¿Quién era este hombre?.

-Ya lo suponía. Claro, aunque no pensé que de verdad fueran a quejarse con alguién más ¿Y con quién más se han quejado?-pregunté temiendo un poco que hubieran ido a quejarse con algunos de los señores Rosen y que luego por causar problemas me dijeran que me tenía que ir.

-Solo conmigo, naturalmente, no molestarán a nadie más por algo tan absurdo- contestó mientras encendía un cigarro con desinterés.

-¿Entonces por que se quejan contigo y no con los demás?-quise saber curioso, este humano gritaba desinterés por todas partes. 

-Porque a mi me pagan por escuchar quejas... -Le dió una calada al cigarro -Soy uno de los psicólogos y consejeros de este lugar-completó la información.

-No sabía que tenían... Está prohibido fumar en este lugar, va contra las reglas- le informé por si no sabía.

-Las reglas me chupan un huevo- Me soltó como si nada semejante frase tan vulgar, yo abrí la boca incrédulo de que dijera algo así, luego sonreí como no lo hacía desde hace una eternidad, me hizo gracia su grosería, debo estarme volviendo loco. -Bueno, en cualquier caso tú tampoco deberías estar aquí, se supone que tienen que estar en cama antes de las nueve, por eso guardaremos el secreto- me guiñó un ojo mientras soltaba el humo por su boca. Cielos, este tipo tan extraño ¿no se suponía que tenía que dar el ejemplo?.

-Ok... Esta bien, nadie dirá nada- Acepté -Y... ¿qué es lo que se dice exactamente de mí?-Le pregunté casualmente, el tipo rió.

-Está prohibido hablar sobre lo que te dicen tus pacientes, esa es la regla- quiso cortarme de una.

-¿No podría ponerla junto a la regla de no fumar? - le pregunté alzando una ceja. Él tipo me miró incrédulo y luego sonrió.

-Supongo que sí... Te odian, sobre todo los omegas, dicen que haces quedar mal a los de su género.- Me informó, ok eso ya lo suponía. Se hizo un silencio incómodo, no sabía que más preguntarle, hasta que por fin se me ocurrió algo.

-¿No le han mencionado eso de que me prostituyo con los de alto mando?-

-Claro, por eso estoy aquí- Nos miramos serios por un momento, luego él se carcajeó demostrando que lo había dicho en broma.

-No es gracioso, estuve apunto de golpearlo- dije algo indignado por su humor de mal gusto.

-Como si pudieras- Me dijo, yo me sentí retado.

-Puedo- Le aseguré.

-Por como vi que golpeabas ese saco me doy cuenta que no- rebatió.

-¿De que habla? lo hago bien- de verdad pensaba que me estaba saliendo.

-No es verdad.-Tomó mi mano atrevidamente cerrando los dedos y dejando por fuera el pulgar -Primero que todo no encierres el pulgar en tu puño, la posición de tu brazo está mal y si quieres que el saco se mueva de lugar tienes que acercarte más- yo hice lo que él dijo y me acerque más al saco lanzando mi puño y logrando que el saco se moviera por fin -¿Lo ves? ahora está mejor. Yo lo miré con estrellitas en los ojos, ahora que caía en cuenta era la primera persona que me había hablado y había sido amable conmigo. -Cuando te lancen al suelo al menos hazles unas zancadillas, del suelo no puedes pasar.-Me recomendó.

-Quieres decir que ¿ellos lo hacen a propósito?- Ya tenía la sospecha pero... No dejaba de sorprenderme.

-Claro. Tengo que irme ya, hasta pronto Daniel- y se dió la vuelta y empezó a caminar -Ah- se detuvo diciéndome -Si alguien nos vio ahora es probable que mañana digan que también te acuestas conmigo, pero no te preocupes ya todos saben que no tienes tanta suerte- y no siendo más se fue. Vaya, este tipo es tan Raro.

Al día siguiente en la práctica de pelea cuerpo a cuerpo de nuevo fui lanzado al suelo, solo que esta vez en lugar de solamente levantarme enrede mis pies con los de mi contrincante y lo hice caer, que bien se sintió, luego me puse encima de él y lo inmovilicé , por primera vez gané un encuentro... Papá estaría orgulloso.

Esa noche tampoco pude dormir y salí de mi dormitorio a quemar preocupaciones, el tipo de la noche anterior estaba dándole golpes al saco cuando llegué.

-¿Insomnio?- Me preguntó dejando de maltratar el saco.

-Algo, ¿Que le hizo el saco?-quise saber sobre su agresividad. El tipo sonrió.

-Nada pero, alguien tiene que pagar mi mal genio. Escuché que por fin ganaste un enfrentamiento pasivo-

-Sí gracias a su consejo yo... Espere ¿dijo pasivo?- ¿Escuché mal o dijo pasivo?

-Sí, esa es una práctica pasiva- Me informó -Las verdaderas peleas las hacen cuando tú estás limpiando algún lugar- Ok, esto fue inesperado, la práctica violenta esa era sólo pasiva...

-quiere decir que... ¿Esa práctica sólo es una especie de juego?- Le pregunté.

-Así es, es así como les gusta pasar su tiempo libre ¿qué? ¿apenas te das cuenta? ¿por qué crees que esa práctica apenas dura una hora?-Oh, señor, era una práctica pasiva, una...

Eso explica muchas cosas, cosas como porqué nadie golpeaba la cara de nadie y también explica el porque yo no tengo todos los huesos del cuerpo rotos. Ahora me sentía estúpido, yo me sentía realizado por haber vencido hace pocas horas a ese omega, pero resulta que lo vencí en una pelea de niños, que humillación. -¿Qué debería hacer?- le pregunté. Aún después de todas las cosas que aprendí a hacer seguía siendo un inepto en ese lugar.

-Yo que tu aprendía a defenderme, el omega al que venciste está totalmente avergonzado, heriste su orgullo de omega guerrero y quiere la revancha, no piensa tener consideración contigo-Me avisó buscando la caja de cigarrillos de su bolsillo.

-Dios, va a matarme- Me asusté -No soy de esos que se pelean porque si, no voy a pelear con él, no puedo pelear con él- Empecé a preocuparme.

-¿Y eso porqué?-Me preguntó encendiendo un cigarro con tranquilidad.

-Porque tengo demasiada dignidad como para arreglar las cosas con violencia y no sé pelear- Sí, básicamente esas dos razones eran las únicas que habían.

-Esas cosas aquí no importan-dijo empezando a darle caladas al cigarro.

-Oh, no me digas- dije sarcástico -Ya me di cuenta, pero no pienso pelear con nadie- decidí

-Tienes dos opciones, o peleas o te dejas golpear-dijo enumerando con sus dedos innecesariamente.

-Cielos ¿pero que es esto?¿una prisión?- Estás personas eran tan violentas.

-Casi, es una base militar, aquí las personas se comportan salvajemente y si quieres quedarte aquí es una obligación saber pelear. Todos los que estamos en esta base sabemos hacerlo-dijo después de sacar el humo de sus pulmones.

-Pero yo no sé- dije algo desesperado, no había forma en que yo aprendiera a pelear.

-Yo puedo enseñarte- Me ofreció amable.

-¿En serio?-Lo miré incrédulo de su amabilidad ¿de verdad pensaba que podía entrenarme a mi?.

-Sí, pero no será fácil -Avisó, ya lo sabía, para empezar yo era un inepto en lucha de pies a cabeza.

-Lo sé-dije resignado.

-Por suerte soy un buen profesor- dijo sonriendo.

Y así fue como el psicólogo David Belle se comprometió a enseñarme a pelear.

Al día siguiente terminaba de desayunar para ir a entrenar con el resto del grupo cuando alguien me interceptó cubriéndome la boca, me asusté, pero cuando volteé y miré de quién se trataba automáticamente me relajé.

-Diablos, eres fácil de asustar-dijo David riendo... Más bien burlándose de mí.

-Que no es gracioso, hoy un omega quiere vengarse de mí, no deberías asustar a la gente así-me quejé.

-No es para tanto. ¿A dónde vas?-quiso saber.

-A entrenar-contesté.

-Ahh... Ven conmigo-me tomó del brazo y comenzó a arrastrarme no sé adonde.

-¿A donde? Espera. Debo ir a entrenar, tengo un itinerario que seguir sabes-Le dije soltandome por fin.

-¿qué itinerario? ¿Ese donde no aprendes nada y sólo te mandan a limpiar cosas?-Yo me le quedé viendo con la boca algo abierta ¿Cómo lo sabía? ¿Acaso me estaba acosando?.

-Me... ¿me estás acosando?-lo miré horrorizado. Él se golpeó la frente con fuerza y contestó algo exasperado.

-No, claro que no. Sólo te salvo-dijo tomándome el brazo y guiándome rápidamente hacia afuera.

-¿De qué me salvas?-le pregunté nada convencido soltándome nuevamente de su agarre. Al final habíamos salimos del edificio a un patio central que ni sabía que había.

-De que te conviertan en un inepto. De todas formas no les importa si van a entrenar o no, no te están enseñando nada ¿o me equivoco?- Tenía razón, los instructores sólo me criticaban pero jamás decían cómo podía mejorar, en esos días con ellos jamás había aprendido nada diferente a lo que yo imitaba.

-¿Prefieres quedarte a limpiar baños o ir conmigo a aprender de verdad?- dijo tendiendome la mano. Bueno, si lo podía así de verdad era mejor ir con él, por eso tomé la mano que me brindaba y decidí seguirlo. Ese día aprendí algo sobre él, no era un humano normal.

Quedamos en vernos después del desayuno de cada día. Luego de ir a almorzar y en el gimnasio después de que todos se fueran a dormir. Todos los días trabajabamos resistencia, elasticidad, velocidad y fuerza. Todas las noches eran una clase nueva, era teoría y práctica. La verdad es que él no era nada amable a la hora de luchar, tampoco tenía ninguna consideración y me exigía aprender rápido. Nuestras práctica consistían en una explicación breve del ataque o la técnica de defensa, luego rápidamente se lanzaba contra mi y me atacaba sin ningún aviso, según él para que pensara rápido, era cuestión mía el defenderme o simplemente dejarme atacar. Sé que suena extraño y masoquista pero agradecía que David me golpeara con fuerza sin ningún reparo, así al otro día tuviera que levantarme con moretones y la cara hinchada. David era la única persona que había visto potencial en mí y que se tomaba el tiempo de intentar desarrollarlo, que me trataba normalmente, no como si fuera a romperme, él tenía la certeza de que era resistente y se aprovechaba de esto, me veía como alguien fuerte que sólo necesitaba aprender y eso era todo. Él había tenido razón, era un buen profesor, uno demasiado rudo, pero estaba bien con eso, era la única forma de aprender rápido.

Me sentía muy cercano a él, era normal ya que pasaba casi las veinticuatro horas del día a su lado, era mi único amigo y con todo este tiempo que pasábamos juntos él estaba aprendiendo mucho de mi y yo de él.

-¿No puedes ir más rápido?-Preguntó mientras estaba en mi espalda. Sip, lo estaba cargando. Era una prueba de fuerza y velocidad al mismo tiempo, el sostenía en cronómetro en su mano mientras yo iba lo más rápido que podía hacía la meta, el tipo era algo pesado ¿dije algo? perdon ¡Es muy pesado!. -NO... pesas mucho- Le hice saber.

-No hables, te herniarás-me advirtió con ese típico tono de desinterés. Por fin lo dejé en la meta, él se bajó de mi espaldas y yo me lancé al suelo a recuperar el aliento.

-¿Era realmente necesario hacer eso?-Le pregunté desde el suelo rojo por el esfuerzo.

-No, solo quería que me cargaran-Ok, David era muy odioso también.

-Me la pagarás- le avisé, él alzó los hombros -Oye, hace casi como un mes que no trabajas por estar conmigo ¿No te preocupa que te despidan?-Caí en cuenta por fin.

-No-Dijo sentándose a mi lado seguramente se iba a poner a fumar. -¿Aquí haces lo que se te da la gana?-Le pregunté.

-Sí- contestó simplemente, haciendo lo que yo había predicho, comenzó a fumar -Te vas a enfermar, pareces una chimenea te va a dar... Esa cosa que les da a los humanos por fumar-

-¿Cancer?-

-Sí, eso, cáncer. ¿Por qué fumas tanto?-quise saber.

-Me relaja-

-¿te relaja saber que morirás de una horrible enfermedad?- le pregunté algo horrorizado, él sonrió.

-No, me relaja fumar, ¿nunca has fumado?-Me preguntó.

-Pues no creo que debas fumar, te vas a enfermar y no, no he fumado nunca-Le contesté. Él se sonrió casi maliciosamente.

-¿Quieres probar?-me dijo tendiendome el cigarro. Yo lo miré con los ojos entrecerrados y tomé el cigarro, total no importaba, a los hombres lobo no nos afectan las mismas enfermedades que a los humanos. Hice lo que él hacía y lo calé con ganas, el humo se fue por dónde no era y terminé tosiendo, él murió de la risa.

-Así que te divierte hacerme maldades ¿no?-Lo acusé pero luego sonreí.

-No, claro que no-Negó inútilmente quitándome el cigarro y calandolo él. Se hizo un silencio por un rato.

-oye, ¿de verdad eres un humano?-Lo interrogué, es que me pudo más la curiosidad.

-¿Por que preguntas?-Quiso saber.

  -Eres demasiado rápido, he notado que tienes buen olfato, eres simplemente demasiado bueno en todo para ser sólo un humano- Lo decía por la veces que había intentado arrojarle cosas a la cabeza y él simplemente las había evitado sin siquiera mirar, también había hecho competencias de carrera con él y él siempre me ganaba, era rápido.

-No soy un simple humano... Tienes razón, soy un híbrido- Me contó por fin.

-¿Un qué?- ¿Existían los híbridos?.

-Soy un híbrido, de hombre lobo con humano, por eso tengo ciertas habilidades...-Explicó rápidamente.

-¿Puedes transformarte?-Le pregunté curioso.

-No, ¿por qué tu nunca te transformas? Los de tu especie lo hacen muy seguido- lo dijo comparandome con los otros chicos, ellos se transformaban cada dos por tres.

-Sólo lo hago cuando es necesario...-La aclaré. Por momento se me vino a la cabeza la imagen de papá y mi hermanito peleando como lobos en el jardín, jugueteando, mamá y yo los mirábamos sonriendo desde la puerta. rápidamente aparté esa imagen dolorosa de mi cabeza, las cosas no volverían a ser como eran...

-¿Qué fue eso?-Me preguntó.

-¿Qué cosa?- le pregunté confundido mirando alrededor para ver a qué se refería.

-Ese cambio drástico de humor que tuviste-Ah, se había dado cuenta, es perceptivo...

-¿Lo sentiste?-le pregunté sorprendido, sólo los hombres lobo podían leer cosas así del ambiente.

-Soy un mitad lobo, no te sorprendas tanto- Me dijo.

-¿Eres como un beta?-le cambié de tema.

-No, los betas pueden transformarse en lobo, yo no- dijo serio.

-¿Te deprime no poder transformarte?-Me atreví a preguntar.

-A veces-Me confesó -Pero sólo por una cosa-

-¿Por qué?-Le pregunté.

-No te lo voy a decir-cortó de esa forma el ambiente que habíamos creado. -Sólo te diré que eres afortunado de poder tener un lobo contigo-Finalizó apagando el cigarro que casi se había consumido en su mano.

-Yo no estoy tan convencido de eso-Le debatí.

-¿Por qué lo dices?- Preguntó ahora él.

-Aveces tu lobo quiere una cosa y tu quieres o necesitas otra cosa. No siempre están de acuerdo pero la parte animal te obliga a hacer lo que ella quiere- Le conté.

-Esos son gajes del oficio. La parte animales necesaria...-Dijo pensativo -Está bien, te contaré sobre ese a veces- aceptó -Es necesario para que entiendas mejor lo que te digo-yo me quedé en silencio esperando que él empezara a hablar. -Hace tres años yo hacía trabajo de campo en una base en escocia. Nos mandaron a tres agentes a revisar una mansión a las afueras de la ciudad... Entonces lo conocí, a mi omega destinado-yo abrí la boca, cielos, Dios nos había asignado a todos los hombres lobos una pareja destinada, hasta a los que sólo son híbridos -Se notaba que apenas tenía unos catorce años, pero apenas lo ví sentí que el tiempo se detuvo... Le rogué a su padre que me concediera su mano, pero él jamás dejaría que un simple humano se quedara con su hijo-suspiró, se veía que lo entristecía hablar de eso -Y tuve que irme con las manos vacías, él apenas era un niño para decidir por él mismo, y yo ni siquiera tenía una esencia que me permitiera marcarlo como sólo mío. El destino fue cruel al haberme asignado una pareja a la que nunca podría tener y más aún al haberme permitido conocerla-Finalizó frío. Sentí su impotencia, debió haber sido una experiencia terrible el tener a tu pareja tan cerca y no poder alcanzarla... -Por eso creo que eres afortunado al tener un lobo contigo-Finalizó recuperando su cara de desinterés.

-No te voy a dejar ganar la discusión con eso- le dije sonriendo, si hablábamos de desamor yo ganaba.

-Ya gané-Me dijo agradecido de que me lo tomara así -Mi triste historia merece su propia película y un premio... Me conformó con un libro-Dijo algo animado ya.

-No tan rápido, te voy a contar mi triste historia de amor para que sepas lo que es triste-Dije como si fuera una competencia.

-Adelante- concedió él. Yo comencé a relatar.

-Tenía como siete años cuando conocí a mi pareja...-David me interrumpió.

-Eso es mentira, eres un mentiroso- Me acusó -No podías saber quién era tu pareja a los siete años, ni siquiera se sabe que vas a ser a esa edad- Razonó.

-Cállate y déjame hablar -lo silencié -Sí podía, apenas lo ví supe que era para mi y que tenía que ser mío-recordé con ilusión.

-JAJAJAJA que cursi-se carcajeó. Yo lo miré como si quisiera matarlo y él se calmó. -Prosigue-concedió.

-Bien, como te venía diciendo yo sabía que él era mi pareja destinada. Así que decidí esperar a que él se diera cuenta. Por cosas dela vida él terminó siendo mi vecino...-

-Ah, pues entonces lo tenías todo molidito ¿no?-supuso, yo rodé los ojos, este tipo no sabe escuchar.

-No, pasaron catorce años para que él se diera cuenta- cuando ví que él iba a protestar yo alcé la mano evitándolo -Él era un hombre de acción, su vida estaba en la base...

-Aaah- con eso él entendió todo, él ya sabía cómo eran los hombres de la organización, su trabajo era todo y siempre están haciendo trabajo de campo.

-El y yo somos muy diferentes, él se dedicó a ser el mejor en la guerra y yo soy...Era un omega del hogar. Hace poco tiempo lo ví de cerca por primera vez y pues pasó lo inevitable, luego de que me entregué a él... -Hice una pausa, era la primera vez que lo decía en voz alta -Él me dejó, dijo que yo no era suficiente para él y un motón de cosas más. Días después tuve que organizar su cena de compromiso, él se comprometió con mi mejor amigo... Ahora tengo un lobo dentro de mi que quiere buscarlo y rogarle para que no se case, aun después de que me utilizó y dijo todo lo que dijo de mí. Yo estoy completamente en contra de eso pero sólo con pensar en que no voy a estar con él nunca hace que me duela la cabeza hasta el punto de estallarme, quiero llorar como una viuda y el lobo que tengo dentro aúlla tanto de dolor que hace que quiera suicidarme-le dije de los más sincero posible.

Él silbó -Tu ganas, pero ¿de verdad simplemente te abandonó?-Me preguntó.

-Sí-Respondí.

-¿Cómo si nada?-

-Cómo si nada-

-Estoy seguro al cien por ciento de que a él también le dolió dejarte- Aseguró. -Si es tu pareja destinada entonces le dolió igual que a ti-

-No pareció...-Dije con algo de rencor - A veces pienso que me equivoqué, que en realidad él no era mi pareja destinada y yo simplemente me encapriché. Luego mi lobo quiere rasgarme la piel para que vaya a buscarlo y me doy cuenta de que si lo es y que es verdad que mi "pareja destinada" me rechazó.- Mierda, si no cambió de tema voy a llorar otra vez -¿Qué horas es? Ya es hora del almuerzo-Cambié de tema.

-Si vamos a almorzar, nos vemos después del almuerzo- y sin más nos despedimos.

-¿Qué Daniel? ¿Vas a dejar que te asfixie? - Decía mientras estaba a horcajadas sobre mí apretando mi cuello con sus manos impidiendo que pudiera respirar. Estaba inmovilizado, tenía demasiada fuerza para soltar sus dedos de alrededor de mi cuello, ya no tenía aire y sentía que los ojos se me aguaban, en un acto desesperado lancé mis piernas hacia arriba alcanzando a enredar mis pies en su cuello y jalando hacia atrás con fuerza, de esta manera impulsandome hacia arriba, quedando yo encima de él y entre sus piernas. Tosí un poco, recuperando el aliento y me aparté.

-Bien hecho ¿estás bien?-Me preguntó palmeandome la espalda.

-Sí, pero mañana tendré moretones en el cuello- Le avisé tocándome las partes que me ardían de el con los dedos, seguramente estaba rojo.

-¿Y qué? si mucho los que te vean pensarán que los tipos con los que te acuestas tienen tendencias sadomasoquistas-dijo riendo después.

-Ya te dije que no es gracioso- me quejé -Oye, notaste que soy muy bueno, sólo llevas dos meses entrenándome y casi te gano-dije orgulloso de mi mismo... Mi hermano lleva desaparecido dos meses... Dios.

-Sí, pero es porque soy buen maestro... Aunque no te relajes, puedo ganarte con algunas técnicas que no te he enseñado-Me advirtió.

-¿En que nivel estoy?-pregunté queriendo apartar pensamientos deprimentes de mi cabeza, aunque preguntara nadie sabía nada de él.

-Digamos que estás un poco más avanzado que los novatos pero los de elite aún pueden patearte el trasero-

La verdad es que nos íbamos a dormir a las doce dela noche, eso me había fortalecido más, me estaba dedicando a ser una máquina de pelea dieciocho horas al día, las seis horas restantes eran para dormir, gracias al cielo los hombres lobo éramos más resistentes, de lo contrario ya habría muerto por todo el sobre esfuerzo y presión a la que me había sometido .

-Daniel, siempre he querido preguntarte ¿Por qué estás aquí?-Me preguntó de pronto. Me tomó totalmente desprevenido ¿Estaba bien si le contaba? no me sentía cómodo hablando sobre lo que había pasado, ni siquiera podía decirlo en voz alta. -¿Por qué preguntas?-quise saber.

-No es difícil adivinar que jamás pensaste siquiera en poner un pie en esta base, eso me hace preguntarme que haces aquí... Puedes tomarte esto como parte de una charla entre profesional y paciente- Dijo para convencerme.

-No hace falta... -Me decidí a contarle, al menos un resumen. Él se sentó en el piso y palmeó el suelo a su lado en señal de que me sentara. Yo lo hice pero frente a él.

-Tienes razón, no soy tan activo como para querer ser un soldado.-Le reconocí.

-¿Entonces que te trajo aquí?-Me preguntó.

-Las circunstancias- Contesté, quedamos un momento en silencio y luego proseguí -Hace como dos meses que mis padres murieron y mi hermano menor fue secuestrado-dije bajito, como si así doliera menos.

El abrió los ojos como si fueran platos, yo seguí admirando su extraña reacción.

-¿Qué te pasa?-le pregunté -¿Por qué pusiste esa cara?-

El abrió los ojos como si fueran platos, yo seguí admirando su extraña reacción.

-¿Qué te pasa?-le pregunté -¿Por qué pusiste esa cara?-

Él parpadeó mirando -Lo siento- Me dijo -Es que la verdad no pensé que tuvieras un motivo tan grave para estar aquí-dijo sincero.

-¿Qué te imaginabas?-Le pregunté curioso.

-Pensé que se trataba de ese Alfa que había roto tu corazón o algo así- Miró el suelo -Creo que me imaginé mal-dijo culpable.

-No te sientas culpable, sabes que si tengo el corazón roto- Reconocí - Pero ese no es el motivo de que esté aquí. Mi hermano fue secuestrado, no quería quedarme en casa simplemente esperando a que apareciera, aunque aquí no haga nada diferente a eso...- Esa era la triste verdad.

-Tu hermano fue secuestrado, ¿Daniel cuál es tu apellido?- dijo pensativo de pronto.

-¿Tan rápido olvidaste mi nombre?-Dije algo ofendido

-No es por eso, es que... Sólo dime tu apellido-insistió.

-Black ¿por qué?- Le dije algo confundido de su actitud.

-Mierda-¿Qué le pasa?

-¿Qué pasó?-Quise saber

-Daniel, Aag, no se si deba decirte esto, puedo meterme en problemas-dijo rascándose la cabeza.

-¿Desde cuando te importa eso?-

-Tienes razón. Creo que sé dónde está tu hermano-Soltó como si nada.

-¿De qué hablas?- Dije sin poder creer lo que había escuchado.

-Matt Black fue secuestrado y recuperado hace como dos semanas, está en la enfermería de la base, al otro lado de la sección de novatos... Oye Daniel ¿A dónde vas?-Me preguntó cuando vio que me levantaba.

-¿A donde crees? -le dije mirándolo.

-¿Vas tú solo?- dijo levantándose también

-¿Quiere venir?-lo invité.

  -Claro-
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