Sentía que mi sangre hacia ebullición de la furia que tenía, temblaba de la rabia, estaba lo que le sigue a enojado. Constantemente me repetía en la mente todas esas veces en donde le preguntaba a los señores Rosen si había alguna noticia de mi hermano ¿Cómo habían tenido el corazón y la cara para decirme que no sabían nada aun? Estuve a punto de perder la cordura, se que caía el cabello por el estrés y me quedé sin uñas por amor a Dios. No hubo noche dónde no pensara en mi hermano siendo torturado de alguna horrible forma y pudiera dormir tranquilo. No me dijeron que mi hermano ya estaba a salvo. ¿Por qué me mataron de la angustia de esa manera?.
Gracias a David pude pasar la mayoría de barreras de seguridad, a los soldados que custodiaban las entradas solo les bastaba ver su cara para dejarnos pasar sin preguntar nada, y así fue todo el camino hasta el hospital, no tenía idea que esa base fuera tan inmensa, sentí que atravesaba por lo menos una ciudad entera para llegar a el.
Llegamos a la entrada del enorme edificio y como era de esperarse habían guardias en la puerta, también se hicieron los de la vista gorda cuando nos vieron pasar.
-Señorita ¿puede decirme en que habitación está Matt Black por favor?-Le pregunté a la recepcionista.
-Lo siento, pero eso es información clasificada.-contestó algo intimidada por David... ¿O tal vez por mi? No sé. ¿Cómo qué era información clasificada?.
-Soy su hermano-le dije, ella negó con la cabeza.
-Aun así no puedo revelar información- ¿Pero qué?.
David saltó a través de la barra de recepción rápidamente dejándonos sorprendidos a la chica y a mi. Corrió la silla de rodachines con todo y chica encima, apartándola y adueñándose de la computadora, movió un par de teclas y se quedó mirando la pantalla como por dos minutos como si tuviera todo el tiempo del mundo. Luego salió de donde estaba diciendo a la chica.
-Diga que la obligué- Tomó mi mano y empezó a guiarme hacia el ascensor, oprimió el botón seis y las puertas se cerraron, el corazón me retumbaba en el pecho.
-Daniel... Leí el historial de tu hermano de la base de datos- yo dejé de mirar mi reflejo en las puertas del ascensor y lo miré.
ascensor y lo miré.
-¿Qué decía?-
-Que presenta señales de abuso sexual, llegó desangrado y sin signos de vida... Tiene pérdida de memoria... Tiene amnesia mental.-
Mis piernas no pudieron soportar mi peso, el aire me faltó, me deslicé por las paredes hasta llegar al suelo abrazando mis rodillas. Por Dios -¿Lo violaron?... Casi muere-dije sin aire, mi pobre hermanito había pasado por un infierno, ya suponía que pasaría algo así pero... La realidad era demasiado cruda.
David paró el ascensor y se acuclilló frente a mí- Respira-me pidió.
-¿Qué voy a hacer si no me recuerda?-dije temblando, las lágrimas se me escaparon ¿Qué iba a hacer si no me recordaba? él era lo único que me quedaba, era mi única familia viva, no sabría que hacer si nunca me recuerda y sólo desaparezco de su mente ¿Cómo voy a hacer para ayudarlo? señor, ni siquiera puedo estar de pie en este momento ¿qué haré?¿Y si no quiere verme?. Sentía unas ganas inmensas de transformarme en lobo, la ansiedad me consumía y sentía que de esa forma podría asimilar mejor todo.
-Daniel respira-Me pidió David -cálmate, todo está bien- Yo lo miré y su cara serena me hizo confiar -Lo importante es que está vivo- Gracias al cielo dijo eso, esa sola frase logró que me calmara completamente por lo menos por el momento, él tenía razón, lo único que importaba ahora era que mi hermano estaba vivo y a salvo.
-T-Tienes razón, está vivo, es lo único que importa ahora.- Intenté levantarme. David puso la mano sobre mi hombro.
-Eso no es lo único que importa Daniel ¿Estás bien?-Cielos, David era la única persona que me había preguntado eso... Soy tan débil, me conmuevo por una pregunta tan simple.
-Sé que estás pasando por demasiadas cosas en un sólo periodo de tiempo, no te están dando tiempo para asimilar todo... Pero hasta ahora has estado haciéndolo muy bien, sólo tienes que pensar las cosas con detenimiento antes de actuar-Yo asentí. Él me tendió la mano para ayudarme a levantar, luego presionó el botón y el ascensor siguió su curso.
-No pueden pasar, esta área está restringida-Nos dijo uno de los dos fornidos guardias Alfa por primera vez, yo pensaba que hasta allí llegaríamos, David asintió con la cabeza y de la nada le dió un puñetazo que lo dejó noqueado. El otro guardia se abalanzó sobre él pero con una patada, lo mandó de nuevo al lugar dónde estaba, claro que inconsciente.
Avanzamos por el pasillo rápidamente y nos detuvimos justo en frente de la puerta sesenta y cinco -Aquí está tu hermano, ve a verlo, yo esperaré aquí por si hay problemas- Yo asentí y me posicioné en frente de la puerta tomando el pomo, la mano me temblaba, no sabía como estaría mi hermano detrás de esa puerta ni si yo era lo suficientemente fuerte para verlo lastimado. -Todo va a salir bien- Me dijo entonces David para darme valor, entonces giré el pomo y entré rápidamente cerrando la puerta con mi espalda, cuando hay que sumergirse en agua helada lo mejor es hacerlo de golpe.
Matt se sentó rápidamente por la sorpresa, seguramente de ver a alguien entrar de esa forma en su habitación, luego se quejó del dolor que le proporcionó el moverse tan rápido -¿Quién eres? no deberías estar aquí-dijo tocándose el hombro.
Me sentí feliz, verlo me levantó el ánimo de una manera que no puedo explicar. Verlo era como ver a mamá... -Matt, ¿No me recuerdas? soy tu hermano- Me acerqué a su cama, él retrocedió un poco, yo hacía lo posible para no llorar de alivio ni de tristeza.
-¿Mi hermano? Yo no tengo hermanos- Que lo dijera tan decidido de alguna manera me lastimo, pero ya sabía que sería así si no me recordaba, tenía que ser fuerte.
-Sí tienes, yo soy tu hermano mayor- Le dije para convencerlo ya a su lado, me había estado acercando poco a poco.
-¿Entonces porque mi Alfa no me lo contó?- Eso quisiera saber yo también, no pude evitar decir en mi mente - Él me habría contado todo si tuviera un hermano- Pues no lo hizo Matt, no lo hizo.
-No lo sé, no sé porque no te lo dijo, pero soy tu hermano mayor, me llamo Daniel- Él me miró de arriba a abajo, era triste que no recordara y siendo su hermano tuviera que presentarme de nuevo. -Sé que debes sentirte algo confundido porque no recuerdas, pero te digo la verdad- Le aseguré.
-¿Cómo sé que no eres malo y sólo me estás mintiendo?- Me preguntó desconfiado. ¿Cómo voy a hacer para demostrarle que no miento? cualquier persona con malas intenciones podría decirle lo que le estoy diciendo ahora. Tal vez si le digo cosas que sé de él que nadie más sabría me creería.
-Tienes un lunar en el pecho y otro en la planta del pie izquierdo, cuando eras pequeño intentaste quitartelo con una aguja porque no te gustaba y papá te regañó- Matt se miró el pecho por el cuello de la camisa y luego se quitó el calcetín para comprobar lo que le decía, ahí estaban los lunares.
-Cualquier persona que me haya revisado puede saber eso- Me dijo.
-Pero esta es la primera vez que me ves en dos meses- Le dije
.Él se lo pensó un poco y al parecer decidió no ser tan desconfiado o al menos decidió probarme.-¿Dónde están mis padres?-Me preguntó, me sentí tentado a mentirle para evitarle dolor, pero lo mejor era decir la verdad directamente, así tiene más tiempo para asimilarlo.
-Están muertos-dije sin titubear. Bajó la mirada y pestañeó. Creo que lo procesaba.- ¿Cómo murieron?-quiso saber.
-No lo sé, sólo sé que tú ibas con ellos en el auto, al parecer los sacaron de la carretera, a ellos los asesinaron y a ti te secuestraron- El parecía muy concentrado pensando en algo, tal vez tratando de recordar. Yo puse mi mano en su hombro y él me miró .
-¿De verdad eres mi hermano?- Yo asentí con la cabeza y le dedique una sonrisa, aunque tenía lágrimas en mis ojos ya.
-¿Te lastimaron mucho?-Le pregunté con un nudo en mi garganta. Él asintió y se miró las muñecas, las tenía vendadas, él también comenzó a llorar.
-No sé que me hicieron porque ahora no lo recuerdo, pero estoy seguro que cuando recuerde las cicatrices que me quedaran no me dejarán olvidar lo que pasó... -Dijo mientras se miraba fijamente las manos -Siento dentro de mi que fue horrible, y el medico me dijo que lo que pasó fue bloqueado de mi mente porque fue muy traumático... No quiero tener cicatrices que me digan todo el tiempo lo que me pasó...Tengo miedo de recordar- Dijo cubriendo su rostro con sus manos. Escucharlo hablar así me rompió el corazón, él va a tener que cargar con horrible cicatrices que lo lastimaran por el resto de su vida, si tan sólo pudiera... Si tan sólo pudiera ayudarlo, pero no puedo.
Un momento, puedo, yo puedo ayudarlo, así él podrá recordar todo como un mal sueño y seguir adelante.
-¿Dónde están tus heridas Matt? ¿Puedes mostrarmelas?-Le pedí.
-No...No quiero que las veas-dijo intentando taparse las muñecas.
-Matt, está bien, puedo ayudarte- Le dije mirándolo a los ojos.
-¿Cómo?-Me preguntó.
-Sólo confía en mí ¿puedes?- Él me miró un momento y asintió, yo sonreí, eso era un buen comienzo. Mi hermano se quitó las vendas de las muñecas y luego se quitó la camisa dejando ver una enorme herida que iba desde su cuello en diagonal hasta su vientre, para mi fue claro que el objetivo de esa herida era matarlo... También tenía un montón de cortadas y quemaduras más en su espalda. Yo intentaba no maldecir a los que se atrevieron a lastimarlo de esa forma, no quería dejarle ver el gran impacto que me causaba verlo tan lastimado, no quería que se sintiera mal. Recuperé la compostura y le pregunté si esas eran todas, él negó, se bajó el pantalón del pijama quedándose desnudo. Dios, tenía tantas heridas que quise llorar. Eran tantas sus cicatrices no creí tener tanta sangre para desaparecerlas todas, pero no me importaba, por mi hermano yo era capaz de dar mi brazo derecho, también las piernas si era necesario con tal de verlo bien.
-Necesito... Necesito un cuchillo,o algo con filo-Le pedí.
-¿Para qué?-Dijo alarmado.
-Está bien, es para hacer algo que me enseñó mamá-Le dije sonriendo para que se relajara, aunque yo personalmente tenía unos nervios de muerte.
-No tengo nada así... No me dejan nada cortopunzante a la mano, tienen miedo de que recuerde e intente hacerme daño... -Se explicó.
Me sacudió el pensar en que mi hermano podría suicidarse, pero no se lo dejaría ver -No pasa nada, lo haremos de la forma tradicional entonces-Tendría que morderme...
-¿Qué harás?- Yo ignoré su pregunta y me levanté.
-Ven, siéntate en el suelo, no hay que manchar la cama- Él hizo lo que le pedí y se sentó como un indio -No te asustes ¿si? es necesario que haga esto, yo voy a estar bien-
-¿Qué vas a...- Antes de que terminara de hablar yo sujeté con mucha fuerza mi propia mano, saqué mis colmillos filosos de lobo y me los enterré en la muñeca desgarrando la piel. Dolió como el infierno, fue un quemón muy intenso, rápidamente la sangre comenzó a manar de la herida. Yo posicioné la mano y deje que bajara desde su cuello hasta su vientre, parte de la sangre también bajó por su espalda. Matt se asustó e intentó levantarse, pero yo se lo impedi.
-Rápido, ayúdame a extender la sangre por tu cuerpo mientras aún está caliente-Le pedí.
-No quiero, esto es horrible-dijo asustado.
-Es necesario Matt, no hay tiempo, se enfría rápido y la herida de mi muñeca empieza a cerrarse. Hazlo Matt, si no lo haces voy a tener que morderme el otro brazo- Eso pareció convencerlo y comenzó a frotarse la sangre por él abdomen el pecho, brazos y hombros. Mientras la sangre manaba de un brazo con él otro yo extendía el fluido por su espalda, estaba saliendo mucha sangre, pero sabía que mi metabolismo de lobo cerraría pronto la herida, o eso esperaba.
Cuando me aseguré de tener su espalda y más abajo bien cubierto de rojo voltee y regué sangre sobre sus piernas, me estaba mareando, pero aun así me aseguré de que mi sangre llegará a casi todo su cuerpo.
La herida de las venas se cerraron y sangre dejó de manar antes de que me debilitara mucho, era una ventaja de ser hombre lobo, tu cuerpo hace lo imposible por sobrevivir. En menos de tres minutos había dado un baño completo a Matt con mi sangre, es muy bizarro no voy a negarlo, pero es efectivo, es un truco que sólo las madres saben para acelerar el procedimiento de cicatrización y la regeneración de la piel.
Golpes fuertes en la puerta sonaron pero ni Matt ni yo les prestamos atención, me había manchado en frente y las mangas de la camisa de alguna manera, mi mordisco parecía latir, lamí la sangre de mi muñeca para limpiar la herida, aun me dolía mucho.
-Tengo sueño...-Dijo el escarlata de Matt en un susurro.
-Es normal- le dije. Es que las células regeneradoras que tenemos en la sangre están haciendo su trabajo y por alguna razón eso causa somnolencia -Ven vamos a acostarte-le dije como cuando estaba pequeño. Nos levantamos y desnudo y ensangrentado como estaba lo acosté en la cama arropandolo.
-¿Te duele?- Me preguntó casi dormido.
-No-Mentí mientras veía a Matt dormirse rápidamente.
La puerta seguía sonando con insistencia, me dirigí a ella pero caí sobre el charco de sangre que habíamos dejado, la muñeca me dolió horrores cuando puse las manos para no darme en la cara contra el piso. Tal vez si fue demasiada sangre, pero al menos no era sangre perdida. Aunque sentía unas ganas inmensas de quedarme a dormir sobre ese charco por el mareo y el cansancio repentino que sentía, me levanté y abrí la puerta viendo al Alfa de mi hermano mirándome como si quisiera matarme, creo que era recíproco, salí rápidamente de la habitación y cerré la puerta.
Como cosa del cielo antes de que pudiera decir algo aparece el señor Marc Rosen por el pasillo preguntando cual era todo el alboroto, no me lo pensé dos veces, me planté frente a él y le lancé uno de esos super puños matadores que David me enseñó a lanzar, era obvio que no se esperaba algo así. Sé que le dolió porque su nariz sangró, pero mi golpe sólo lo hizo retroceder un paso, se tocó la sangre que bajó hasta su boca y me gruñó. Según papá hacer enojar a un Alfa tan mayor como el señor Rosen no era bueno, pero yo no estaba pensando en ese momento, sólo quería romperle la cara. Se consideraba una falta de respeto total, pero ahí estaba yo, gruñendole. El señor dió un paso adelante para atacarme, pero David se puso en el medio impidiéndoselo, creo que quedó claro que lo que era conmigo era con él, ese fue un reto a un alfa mayor demasiado claro. Detrás del señor Marc después de unos segundos apareció el señor Albert, perfecto, me faltaba él. David vio mis intenciones y tocó mi hombro sin dejar de mirar al alfa que había retado. No sabía que quería decir con eso, por eso lo miré, él me miró de reojo y sonrió de lado como cuando me hace alguna maldad.
Dejé la actitud a la defensiva que tenía he intenté actuar como si nada pasara, después de todo este tiempo vuelto mierda y teniendo que mostrar la cara como si nada, para mi hacer esto no era gran cosa. Sentí una mirada penetrante a mi espalda y un aroma agradable me vino a la nariz, ya sabía de quién se trataba, podía reconocer ese olor dónde fuera. Voltee el rostro para mirarlo, Camiel se encontraba como a dos metros de mi junto con Zac. Volví el rostro para mirar al señor Albert, si seguía mirando a Camiel iba a saltar corriendo a abrazarlo, ya no quería quedar más en ridículo.
-¿Qué ocurre aquí?- Preguntó el señor Albert, con cara de enojo -¿Qué haces tú aquí Daniel?-Me preguntó mirándome.
-¿Yo?-Me hice el inocente -Pues nada jaja ¿qué voy a hacer?-Fingí pensarlo un momento.
hacerles, ya sabe, antes de cortarme las venas-le dije al ver que no dejaba de mirar mi muñeca. -Pero creo que me adelanté un poco, bueno, aun no es tarde para hacerlas ¿verdad?- le dije sonriendo de lo más encantador.
-Daniel...- Yo levanté la mano para que se callara, extrañamente lo hizo.
un jodido bufón- ok, utilicé una mala palabra ¿pero que importa? ser decente no me ha traído nada bueno hasta ahora. -Yo pensaba en usted como alguien a quién admirar... Y aunque me muero por romperles la cara siento que no vale el esfuerzo-
-Daniel, la información era clasificada, no se te podía dar parte- Yo lo interrumpí.
-¿Puede callarse? le voy a decir que es clasificado, su falta de palabra, eso sí que tiene que ser clasificado. Ahora quítense de mi camino.- Estba harto de todo, de este giro de tresientos sesenta grados que dió mi vida. Pase por el lado de ellos hacía el ascensor.
Me sentía muy cansado, los párpados comenzaban a pesarme, sabía que se debía a la pérdida de sangre y mi estado emocional no ayudaba demasiado. David presionó el botón para pedir el ascensor, me miré en el brillante metal y no pude evitar preguntarme ¿Qué había pasado conmigo? ¿Dónde estaba mi anterior yo? Antes de que todo esto iniciará jamás me habría permitido dejarme llevar por la rabia, siempre había cuidado de mi apariencia y ahora simplemente no. Miré al omega que había enfrente de mí, miré mi reflejo y no me reconocí, la ropa militar, el cabello suelto, la sangre que me cubría, tenía los labios rojos por la sangre que había llegado a mi boca seguramente cuando lamí mi herida, sentía que podía ver todo a detalle. Estaba hecho un desastre. David chasqueó lo dedos cerca de mi oído yo tardé en reaccionar, me costaba trabajo respirar y sudaba frío.
Él tomó mi rostro con brusquedad y me miró los ojos -Oh mierda -Fue lo que dijo, las puertas del ascensor se abrieron y él me guió dentro, cerró las puertas rápidamente, de ahí para allá sentí una paz enorme y me sentí liviano. Me desmayé.
Zachary salió de la habitación de su Omega, había entrado apenas Daniel había salido para asegurarse que estuviera bien.
-¿Qué rayos fue eso?- Preguntó Camiel tan confundido como todos -¿Qué hacía Daniel aquí?-
Marc Rosen contestó -Lleva aquí desde que sus padres murieron-
-¿Por qué yo no sabía nada?- les preguntó mirándolos.
-No era necesario que lo supieran-Contestó simple. -¿Cómo está Matt?-le preguntó a Zachary.
-Bien, pero Daniel enloqueció completamente, casi se desangra dandole un baño de sangre a su hermano-
-¿De qué hablas?- Camiel no esperó la respuesta y entró al cuarto para ver, el olor a óxido de la sangre le inundó las fosas nasales, había un gran charco de sangre en el suelo y un rastro hasta la cama donde descansaba Matt sin ninguna preocupación. Se alteró de sobre manera, el lobo en su pecho le ordenaba que fuera a buscar a su pareja porque estaba lastimada, estaba débil y vulnerable, tenía que cuidarla. El olor de la sangre le decía que era de Daniel, y sin pensarlo más salió corriendo
a buscarlo, el instinto hablaba por él.
Gracias a David pude pasar la mayoría de barreras de seguridad, a los soldados que custodiaban las entradas solo les bastaba ver su cara para dejarnos pasar sin preguntar nada, y así fue todo el camino hasta el hospital, no tenía idea que esa base fuera tan inmensa, sentí que atravesaba por lo menos una ciudad entera para llegar a el.
Llegamos a la entrada del enorme edificio y como era de esperarse habían guardias en la puerta, también se hicieron los de la vista gorda cuando nos vieron pasar.
-Señorita ¿puede decirme en que habitación está Matt Black por favor?-Le pregunté a la recepcionista.
-Lo siento, pero eso es información clasificada.-contestó algo intimidada por David... ¿O tal vez por mi? No sé. ¿Cómo qué era información clasificada?.
-Soy su hermano-le dije, ella negó con la cabeza.
-Aun así no puedo revelar información- ¿Pero qué?.
David saltó a través de la barra de recepción rápidamente dejándonos sorprendidos a la chica y a mi. Corrió la silla de rodachines con todo y chica encima, apartándola y adueñándose de la computadora, movió un par de teclas y se quedó mirando la pantalla como por dos minutos como si tuviera todo el tiempo del mundo. Luego salió de donde estaba diciendo a la chica.
-Diga que la obligué- Tomó mi mano y empezó a guiarme hacia el ascensor, oprimió el botón seis y las puertas se cerraron, el corazón me retumbaba en el pecho.
-Daniel... Leí el historial de tu hermano de la base de datos- yo dejé de mirar mi reflejo en las puertas del ascensor y lo miré.
ascensor y lo miré.
-¿Qué decía?-
-Que presenta señales de abuso sexual, llegó desangrado y sin signos de vida... Tiene pérdida de memoria... Tiene amnesia mental.-
Mis piernas no pudieron soportar mi peso, el aire me faltó, me deslicé por las paredes hasta llegar al suelo abrazando mis rodillas. Por Dios -¿Lo violaron?... Casi muere-dije sin aire, mi pobre hermanito había pasado por un infierno, ya suponía que pasaría algo así pero... La realidad era demasiado cruda.
David paró el ascensor y se acuclilló frente a mí- Respira-me pidió.
-¿Qué voy a hacer si no me recuerda?-dije temblando, las lágrimas se me escaparon ¿Qué iba a hacer si no me recordaba? él era lo único que me quedaba, era mi única familia viva, no sabría que hacer si nunca me recuerda y sólo desaparezco de su mente ¿Cómo voy a hacer para ayudarlo? señor, ni siquiera puedo estar de pie en este momento ¿qué haré?¿Y si no quiere verme?. Sentía unas ganas inmensas de transformarme en lobo, la ansiedad me consumía y sentía que de esa forma podría asimilar mejor todo.
-Daniel respira-Me pidió David -cálmate, todo está bien- Yo lo miré y su cara serena me hizo confiar -Lo importante es que está vivo- Gracias al cielo dijo eso, esa sola frase logró que me calmara completamente por lo menos por el momento, él tenía razón, lo único que importaba ahora era que mi hermano estaba vivo y a salvo.
-T-Tienes razón, está vivo, es lo único que importa ahora.- Intenté levantarme. David puso la mano sobre mi hombro.
-Eso no es lo único que importa Daniel ¿Estás bien?-Cielos, David era la única persona que me había preguntado eso... Soy tan débil, me conmuevo por una pregunta tan simple.
-Sé que estás pasando por demasiadas cosas en un sólo periodo de tiempo, no te están dando tiempo para asimilar todo... Pero hasta ahora has estado haciéndolo muy bien, sólo tienes que pensar las cosas con detenimiento antes de actuar-Yo asentí. Él me tendió la mano para ayudarme a levantar, luego presionó el botón y el ascensor siguió su curso.
-No pueden pasar, esta área está restringida-Nos dijo uno de los dos fornidos guardias Alfa por primera vez, yo pensaba que hasta allí llegaríamos, David asintió con la cabeza y de la nada le dió un puñetazo que lo dejó noqueado. El otro guardia se abalanzó sobre él pero con una patada, lo mandó de nuevo al lugar dónde estaba, claro que inconsciente.
Avanzamos por el pasillo rápidamente y nos detuvimos justo en frente de la puerta sesenta y cinco -Aquí está tu hermano, ve a verlo, yo esperaré aquí por si hay problemas- Yo asentí y me posicioné en frente de la puerta tomando el pomo, la mano me temblaba, no sabía como estaría mi hermano detrás de esa puerta ni si yo era lo suficientemente fuerte para verlo lastimado. -Todo va a salir bien- Me dijo entonces David para darme valor, entonces giré el pomo y entré rápidamente cerrando la puerta con mi espalda, cuando hay que sumergirse en agua helada lo mejor es hacerlo de golpe.
Matt se sentó rápidamente por la sorpresa, seguramente de ver a alguien entrar de esa forma en su habitación, luego se quejó del dolor que le proporcionó el moverse tan rápido -¿Quién eres? no deberías estar aquí-dijo tocándose el hombro.
Me sentí feliz, verlo me levantó el ánimo de una manera que no puedo explicar. Verlo era como ver a mamá... -Matt, ¿No me recuerdas? soy tu hermano- Me acerqué a su cama, él retrocedió un poco, yo hacía lo posible para no llorar de alivio ni de tristeza.
-¿Mi hermano? Yo no tengo hermanos- Que lo dijera tan decidido de alguna manera me lastimo, pero ya sabía que sería así si no me recordaba, tenía que ser fuerte.
-Sí tienes, yo soy tu hermano mayor- Le dije para convencerlo ya a su lado, me había estado acercando poco a poco.
-¿Entonces porque mi Alfa no me lo contó?- Eso quisiera saber yo también, no pude evitar decir en mi mente - Él me habría contado todo si tuviera un hermano- Pues no lo hizo Matt, no lo hizo.
-No lo sé, no sé porque no te lo dijo, pero soy tu hermano mayor, me llamo Daniel- Él me miró de arriba a abajo, era triste que no recordara y siendo su hermano tuviera que presentarme de nuevo. -Sé que debes sentirte algo confundido porque no recuerdas, pero te digo la verdad- Le aseguré.
-¿Cómo sé que no eres malo y sólo me estás mintiendo?- Me preguntó desconfiado. ¿Cómo voy a hacer para demostrarle que no miento? cualquier persona con malas intenciones podría decirle lo que le estoy diciendo ahora. Tal vez si le digo cosas que sé de él que nadie más sabría me creería.
-Tienes un lunar en el pecho y otro en la planta del pie izquierdo, cuando eras pequeño intentaste quitartelo con una aguja porque no te gustaba y papá te regañó- Matt se miró el pecho por el cuello de la camisa y luego se quitó el calcetín para comprobar lo que le decía, ahí estaban los lunares.
-Cualquier persona que me haya revisado puede saber eso- Me dijo.
-Pero esta es la primera vez que me ves en dos meses- Le dije
.Él se lo pensó un poco y al parecer decidió no ser tan desconfiado o al menos decidió probarme.-¿Dónde están mis padres?-Me preguntó, me sentí tentado a mentirle para evitarle dolor, pero lo mejor era decir la verdad directamente, así tiene más tiempo para asimilarlo.
-Están muertos-dije sin titubear. Bajó la mirada y pestañeó. Creo que lo procesaba.- ¿Cómo murieron?-quiso saber.
-No lo sé, sólo sé que tú ibas con ellos en el auto, al parecer los sacaron de la carretera, a ellos los asesinaron y a ti te secuestraron- El parecía muy concentrado pensando en algo, tal vez tratando de recordar. Yo puse mi mano en su hombro y él me miró .
-¿De verdad eres mi hermano?- Yo asentí con la cabeza y le dedique una sonrisa, aunque tenía lágrimas en mis ojos ya.
-¿Te lastimaron mucho?-Le pregunté con un nudo en mi garganta. Él asintió y se miró las muñecas, las tenía vendadas, él también comenzó a llorar.
-No sé que me hicieron porque ahora no lo recuerdo, pero estoy seguro que cuando recuerde las cicatrices que me quedaran no me dejarán olvidar lo que pasó... -Dijo mientras se miraba fijamente las manos -Siento dentro de mi que fue horrible, y el medico me dijo que lo que pasó fue bloqueado de mi mente porque fue muy traumático... No quiero tener cicatrices que me digan todo el tiempo lo que me pasó...Tengo miedo de recordar- Dijo cubriendo su rostro con sus manos. Escucharlo hablar así me rompió el corazón, él va a tener que cargar con horrible cicatrices que lo lastimaran por el resto de su vida, si tan sólo pudiera... Si tan sólo pudiera ayudarlo, pero no puedo.
Un momento, puedo, yo puedo ayudarlo, así él podrá recordar todo como un mal sueño y seguir adelante.
-¿Dónde están tus heridas Matt? ¿Puedes mostrarmelas?-Le pedí.
-No...No quiero que las veas-dijo intentando taparse las muñecas.
-Matt, está bien, puedo ayudarte- Le dije mirándolo a los ojos.
-¿Cómo?-Me preguntó.
-Sólo confía en mí ¿puedes?- Él me miró un momento y asintió, yo sonreí, eso era un buen comienzo. Mi hermano se quitó las vendas de las muñecas y luego se quitó la camisa dejando ver una enorme herida que iba desde su cuello en diagonal hasta su vientre, para mi fue claro que el objetivo de esa herida era matarlo... También tenía un montón de cortadas y quemaduras más en su espalda. Yo intentaba no maldecir a los que se atrevieron a lastimarlo de esa forma, no quería dejarle ver el gran impacto que me causaba verlo tan lastimado, no quería que se sintiera mal. Recuperé la compostura y le pregunté si esas eran todas, él negó, se bajó el pantalón del pijama quedándose desnudo. Dios, tenía tantas heridas que quise llorar. Eran tantas sus cicatrices no creí tener tanta sangre para desaparecerlas todas, pero no me importaba, por mi hermano yo era capaz de dar mi brazo derecho, también las piernas si era necesario con tal de verlo bien.
-Necesito... Necesito un cuchillo,o algo con filo-Le pedí.
-¿Para qué?-Dijo alarmado.
-Está bien, es para hacer algo que me enseñó mamá-Le dije sonriendo para que se relajara, aunque yo personalmente tenía unos nervios de muerte.
-No tengo nada así... No me dejan nada cortopunzante a la mano, tienen miedo de que recuerde e intente hacerme daño... -Se explicó.
Me sacudió el pensar en que mi hermano podría suicidarse, pero no se lo dejaría ver -No pasa nada, lo haremos de la forma tradicional entonces-Tendría que morderme...
-¿Qué harás?- Yo ignoré su pregunta y me levanté.
-Ven, siéntate en el suelo, no hay que manchar la cama- Él hizo lo que le pedí y se sentó como un indio -No te asustes ¿si? es necesario que haga esto, yo voy a estar bien-
-¿Qué vas a...- Antes de que terminara de hablar yo sujeté con mucha fuerza mi propia mano, saqué mis colmillos filosos de lobo y me los enterré en la muñeca desgarrando la piel. Dolió como el infierno, fue un quemón muy intenso, rápidamente la sangre comenzó a manar de la herida. Yo posicioné la mano y deje que bajara desde su cuello hasta su vientre, parte de la sangre también bajó por su espalda. Matt se asustó e intentó levantarse, pero yo se lo impedi.
-Rápido, ayúdame a extender la sangre por tu cuerpo mientras aún está caliente-Le pedí.
-No quiero, esto es horrible-dijo asustado.
-Es necesario Matt, no hay tiempo, se enfría rápido y la herida de mi muñeca empieza a cerrarse. Hazlo Matt, si no lo haces voy a tener que morderme el otro brazo- Eso pareció convencerlo y comenzó a frotarse la sangre por él abdomen el pecho, brazos y hombros. Mientras la sangre manaba de un brazo con él otro yo extendía el fluido por su espalda, estaba saliendo mucha sangre, pero sabía que mi metabolismo de lobo cerraría pronto la herida, o eso esperaba.
Cuando me aseguré de tener su espalda y más abajo bien cubierto de rojo voltee y regué sangre sobre sus piernas, me estaba mareando, pero aun así me aseguré de que mi sangre llegará a casi todo su cuerpo.
La herida de las venas se cerraron y sangre dejó de manar antes de que me debilitara mucho, era una ventaja de ser hombre lobo, tu cuerpo hace lo imposible por sobrevivir. En menos de tres minutos había dado un baño completo a Matt con mi sangre, es muy bizarro no voy a negarlo, pero es efectivo, es un truco que sólo las madres saben para acelerar el procedimiento de cicatrización y la regeneración de la piel.
Golpes fuertes en la puerta sonaron pero ni Matt ni yo les prestamos atención, me había manchado en frente y las mangas de la camisa de alguna manera, mi mordisco parecía latir, lamí la sangre de mi muñeca para limpiar la herida, aun me dolía mucho.
-Tengo sueño...-Dijo el escarlata de Matt en un susurro.
-Es normal- le dije. Es que las células regeneradoras que tenemos en la sangre están haciendo su trabajo y por alguna razón eso causa somnolencia -Ven vamos a acostarte-le dije como cuando estaba pequeño. Nos levantamos y desnudo y ensangrentado como estaba lo acosté en la cama arropandolo.
-¿Te duele?- Me preguntó casi dormido.
-No-Mentí mientras veía a Matt dormirse rápidamente.
La puerta seguía sonando con insistencia, me dirigí a ella pero caí sobre el charco de sangre que habíamos dejado, la muñeca me dolió horrores cuando puse las manos para no darme en la cara contra el piso. Tal vez si fue demasiada sangre, pero al menos no era sangre perdida. Aunque sentía unas ganas inmensas de quedarme a dormir sobre ese charco por el mareo y el cansancio repentino que sentía, me levanté y abrí la puerta viendo al Alfa de mi hermano mirándome como si quisiera matarme, creo que era recíproco, salí rápidamente de la habitación y cerré la puerta.
Como cosa del cielo antes de que pudiera decir algo aparece el señor Marc Rosen por el pasillo preguntando cual era todo el alboroto, no me lo pensé dos veces, me planté frente a él y le lancé uno de esos super puños matadores que David me enseñó a lanzar, era obvio que no se esperaba algo así. Sé que le dolió porque su nariz sangró, pero mi golpe sólo lo hizo retroceder un paso, se tocó la sangre que bajó hasta su boca y me gruñó. Según papá hacer enojar a un Alfa tan mayor como el señor Rosen no era bueno, pero yo no estaba pensando en ese momento, sólo quería romperle la cara. Se consideraba una falta de respeto total, pero ahí estaba yo, gruñendole. El señor dió un paso adelante para atacarme, pero David se puso en el medio impidiéndoselo, creo que quedó claro que lo que era conmigo era con él, ese fue un reto a un alfa mayor demasiado claro. Detrás del señor Marc después de unos segundos apareció el señor Albert, perfecto, me faltaba él. David vio mis intenciones y tocó mi hombro sin dejar de mirar al alfa que había retado. No sabía que quería decir con eso, por eso lo miré, él me miró de reojo y sonrió de lado como cuando me hace alguna maldad.
Dejé la actitud a la defensiva que tenía he intenté actuar como si nada pasara, después de todo este tiempo vuelto mierda y teniendo que mostrar la cara como si nada, para mi hacer esto no era gran cosa. Sentí una mirada penetrante a mi espalda y un aroma agradable me vino a la nariz, ya sabía de quién se trataba, podía reconocer ese olor dónde fuera. Voltee el rostro para mirarlo, Camiel se encontraba como a dos metros de mi junto con Zac. Volví el rostro para mirar al señor Albert, si seguía mirando a Camiel iba a saltar corriendo a abrazarlo, ya no quería quedar más en ridículo.
-¿Qué ocurre aquí?- Preguntó el señor Albert, con cara de enojo -¿Qué haces tú aquí Daniel?-Me preguntó mirándome.
-¿Yo?-Me hice el inocente -Pues nada jaja ¿qué voy a hacer?-Fingí pensarlo un momento.
hacerles, ya sabe, antes de cortarme las venas-le dije al ver que no dejaba de mirar mi muñeca. -Pero creo que me adelanté un poco, bueno, aun no es tarde para hacerlas ¿verdad?- le dije sonriendo de lo más encantador.
-Daniel...- Yo levanté la mano para que se callara, extrañamente lo hizo.
un jodido bufón- ok, utilicé una mala palabra ¿pero que importa? ser decente no me ha traído nada bueno hasta ahora. -Yo pensaba en usted como alguien a quién admirar... Y aunque me muero por romperles la cara siento que no vale el esfuerzo-
-Daniel, la información era clasificada, no se te podía dar parte- Yo lo interrumpí.
-¿Puede callarse? le voy a decir que es clasificado, su falta de palabra, eso sí que tiene que ser clasificado. Ahora quítense de mi camino.- Estba harto de todo, de este giro de tresientos sesenta grados que dió mi vida. Pase por el lado de ellos hacía el ascensor.
Me sentía muy cansado, los párpados comenzaban a pesarme, sabía que se debía a la pérdida de sangre y mi estado emocional no ayudaba demasiado. David presionó el botón para pedir el ascensor, me miré en el brillante metal y no pude evitar preguntarme ¿Qué había pasado conmigo? ¿Dónde estaba mi anterior yo? Antes de que todo esto iniciará jamás me habría permitido dejarme llevar por la rabia, siempre había cuidado de mi apariencia y ahora simplemente no. Miré al omega que había enfrente de mí, miré mi reflejo y no me reconocí, la ropa militar, el cabello suelto, la sangre que me cubría, tenía los labios rojos por la sangre que había llegado a mi boca seguramente cuando lamí mi herida, sentía que podía ver todo a detalle. Estaba hecho un desastre. David chasqueó lo dedos cerca de mi oído yo tardé en reaccionar, me costaba trabajo respirar y sudaba frío.
Él tomó mi rostro con brusquedad y me miró los ojos -Oh mierda -Fue lo que dijo, las puertas del ascensor se abrieron y él me guió dentro, cerró las puertas rápidamente, de ahí para allá sentí una paz enorme y me sentí liviano. Me desmayé.
Zachary salió de la habitación de su Omega, había entrado apenas Daniel había salido para asegurarse que estuviera bien.
-¿Qué rayos fue eso?- Preguntó Camiel tan confundido como todos -¿Qué hacía Daniel aquí?-
Marc Rosen contestó -Lleva aquí desde que sus padres murieron-
-¿Por qué yo no sabía nada?- les preguntó mirándolos.
-No era necesario que lo supieran-Contestó simple. -¿Cómo está Matt?-le preguntó a Zachary.
-Bien, pero Daniel enloqueció completamente, casi se desangra dandole un baño de sangre a su hermano-
-¿De qué hablas?- Camiel no esperó la respuesta y entró al cuarto para ver, el olor a óxido de la sangre le inundó las fosas nasales, había un gran charco de sangre en el suelo y un rastro hasta la cama donde descansaba Matt sin ninguna preocupación. Se alteró de sobre manera, el lobo en su pecho le ordenaba que fuera a buscar a su pareja porque estaba lastimada, estaba débil y vulnerable, tenía que cuidarla. El olor de la sangre le decía que era de Daniel, y sin pensarlo más salió corriendo
a buscarlo, el instinto hablaba por él.