Después de unos días en los que realmente me sentía mal, días donde no solamente tenía que lidiar con mis propios sentimientos sino también con los de un lobo dentro de mi, que luchaba fieramente porque lo dejará salir corriendo a buscar a su pareja, llegué a una conclusión después de mucho pensar y reflexionar.
Me dije a mi mismo que me levantaría de donde él me había lanzado, que seguiría mi camino sin él. Nosotros dos juntos pudimos haberlo tenido todo, pero fue él el que no se dió cuenta y me dió la espalda. Sin importar cuánto me costara lograría seguir con mi vida sin lamentarme por lo que nunca fue, daría un paso adelante y avanzaría de este pequeño percance en mi camino porque era muy capaz y podía hacerlo, no iba a permitir que fuera de otra manera porque aunque él pensara todo eso que dijo de mí se equivocaba en todo, se equivocaba conmigo.
Como primero, yo no era una mucama, era un hijo, hermano y tal vez alguna vez esposo muy servicial, no hay nada de malo en querer atender a los que quieres, no hay nada de malo en que cuando tu familia llegue de la calle les ofrezcas una limonada, les brindes una cena que tú mismo te esforzaste en preparar. Quiero saber ¿Qué hay de mal en limpiar tu casa para que cuando lleguen tus seres queridos al hogar se sientan cómodos? Nada, no hay nada de malo en eso.
Como segundo, verte bien y cuidar de tu apariencia si tiene importancia, no puedes ir por la vida viéndote mal.
Como tercero, ¿cree que dependo de la opinión de los demás? cielos ¿que no lo ve? soy un omega de veintiún años soltero, me la he pasado esperándolo todo ese tiempo en el que pude casarme y tener por lo menos un hijo ya ¿cree que si me importara la opinión de los demás aun seguiría soltero? ah, claro olvidé que él nunca va a la iglesia ni al centro de la ciudad a comprar y no hay modo en que se entere de lo que se dice de mi; es estéril, es frígido, no es complaciente, es un quedado, se quedará a vestir santos, ya se entregó un Alfa que lo marcó y luego lo abandonó, casi aciertan con eso la verdad y lo peor es que ni siquiera murmuran lo suficientemente bajo para que no pueda escucharlos. No me importa la opinión de los demás.
Cuarto, no soy sumiso, soy tranquilo, pacífico y amable, eso no me hace sumiso.
Quinto, no soy un inútil, trabajo demasiado en tener la casa perfecta para serlo, o ¿acaso cree que los pisos se limpian solos?¿Quién cree él que pule la plata y sacude el polvo de las repisas? Las amas de casa podemos vernos como reinas pero lo cierto es que trabajamos como sirvientas.
Sexto, no soy débil, esto lo demuestra, cualquier otro omega ya se hubiera suicidado con las hirientes palabras que su Alfa destinado le dijo...
Y esta bien, acepto que él tendría que mantenerme y representaría un gasto para él, pero es que no me imagino trabajando y además no podría hacerlo ¿si no quién cuidaría de los niños mientras no estoy? Sé que existen muchas madres que trabajan y crían hijos al mismo tiempo, pero yo no estoy dispuesto a dejar a mis niños del lado por un trabajo, no quiero arriesgarme a perderme sus primeros pasos o sus primeras palabras ¿Y si no estoy y llaman Mami a alguien más? quiero estar ahí en todo momento para ellos, ser yo quién prepare sus comidas y se asegure que se alimentan bien. No voy a sacrificar eso por nada del mundo.
Como me gustaría tenerlo de frente para decirle todas estás cosas, y aseguro que esta vez sería yo él que lo rechazara, por ser un imbécil mal nacido sin corazón y burlarse de la dura tarea de las amas de casa, que prácticamente hacen milagros y no son remuneradas.
Aun así con esta conclusión en mi cabeza no podía evitar sentirme triste al pensar que mi pareja destinada se casaría con mi mejor amigo, y aunque seguí haciendo mis cosas normalmente mis padres no pudieron hacer nada más que notar mi depresión, lo olian en el aire, aun así no dijeron nada, pensaban que se debía a que Zac se había comprometido antes que yo y por esto decidieron concertar una cita con él arquitecto para el cuarto día del mes siguiente, era una fecha lejana, pero el Alfa se encontraba haciendo su trabajo en el extranjero y para mi era mejor así, no tenía cabeza para nadie más en ese momento.
Días después mi hermano pequeño Matt decidió visitarnos de sorpresa porque tenía otra de sus misteriosas noticias bomba, esta vez resultó que su novio le había pedido matrimonio, toda la familia, incluyéndome, estaba rebosando alegría por él. Mi hermanito se quedó cerca de una semana hablando de cómo sería la boda con mamá y yo, nos dejó con la boca abierta, jamás pensamos verlo detallando un vestido con tanto cuidado ni eligiendo que flores eran las mejores, él como todos los novios del mundo quería que la ceremonia de su boda fuera perfecta. Supongo que las bodas cambian a la gente.
Aun así con toda esa emoción a desbordar tuvo que volver a la base pues su permiso de unos días había acabado, papá y mamá fueron a dejarlo y yo como siempre también quise ir con ellos pero papá no me dejó y mamá estuvo de acuerdo, no quería ver a papá en la cárcel por romper el cuello de algún osado. Así que tuve que quedarme solo en casa.
Cerca de las cuatro de las mañana llamaron a la puerta, al principio pensé que era parte de un sueño, desperté y la puerta sonó de nuevo,lo que me recordó que tenía que instalar un timbre, me puse la bata y bajé las escaleras dispuesto a abrir la puerta, por suerte antes de hacerlo recordé mirar por la rendija para comprobar que no fuera un ladrón, pero no, sólo vi al señor Albert. Algo grave había pasado, él jamás tocaría la puerta tan temprano si no fuera así, así que abrí la puerta rápidamente con el corazón latiendo a mil por segundo.
Nunca hay una manera adecuada de dar malas noticias, nunca nadie nos prepara para lo inesperado, así es la vida.
A las cuatro de la mañana el señor Albert llamó a mi puerta con los ojos aguados... Me informó que mis padres habían muerto, que los habían sacado de la carretera y ahora estaban muertos, me dijo que mi hermano estaba desaparecido, que su cuerpo no estaba junto el de mis padres y que había una probabilidad muy pequeña de que estuviera vivo. Dijo que ahora estaban peinando el bosque en busca de pistas para encontrarlo, que todo iba a salir bien y que lo sentía mucho.
Por un momento fuí un mar, quise despertarme y que todo sólo fuera un mal sueño pero aunque abrí y cerré los ojos y me pellizque un poco no conseguí despertar. De esa manera velé y enterré a mis padres solo, sin creerme que todo esto fuera real. Sin creer aún que nunca más volvería a verlos, a escucharlos, que simplemente ya no estaban. Jamás volvería a ver a mamá parlotear por su cocina, ya no volvería a hacerme las uñas junto con ella, ya no iba a aconsejarme sobre cual vestido era mejor, jamás comería de nuevo su deliciosa comida y su horrible pizza. Tampoco vería más a papá disfrutar del aroma de jardín en su mecedora, tampoco lo vería dormitar en el sofá, ya no iba a felicitarme por mis tartas... ¿Cómo era que ya no estaban?¿cómo se habían atrevido a dejarme solo?.
La organización se había encargado de todos los trámites y gastos fúnebres y el señor Albert y su hermano, el señor Marc, fueron de gran ayuda, respondían los pésames por mi y agradecían a la gente por ir con su apoyo a despedir a mis padres. Yo no era capaz de hablar, una pelota del tamaño del mundo estaba atorada en mi garganta. Tampoco fui capaz de acercarme a sus féretros, quería recordarlos tal como eran en vida. Sólo pude ver de lejos como sus ataúdes era sellados para siempre, me tranquilizaba pensar que al menos serían enterrados juntos.
Cuando el sacerdote terminó de decir sus palabras observé como les lanzaban tierra y los cubrían, y mientras más tierra les ponían encima más mi mente se aclaraba. No era momento de llorar y lamentarme, no había nada que pudiera hacer por ellos ya, en cambio por mi hermanito aun queda algo que hacer, aún había esperanza de hallarlo con vida, él era lo único que me quedaba y no iba a dejar que desapareciera como si nada. Puse las primeras flores en las tumbas de mis padres, me obligue a dejar de llorar y me limpie las lágrimas, luego me dirigí a los señores Rosen, les agradecí por todo y luego les rogué que me dejaran ir con ellos a la base.
Por supuesto se negaron diciendo que era peligroso, que ese no era lugar para mi y que no hacía falta que estuviera ahí, que me avisarían si averiguaban cualquier cosa de mi hermano, pero entonces les pregunté si ellos se quedarían sentados esperando como si nada mientras un hermano suyo estaba desaparecido, a lo que ellos respondieron que no y de esa manera logré convencerlos de que me llevaran con ellos.
Al llegar a la base me asignaron una habitación donde quedarme, me dieron un par de uniformes ya que no podía usar mi ropa normal y un itinerario que seguir junto con todas las reglas del lugar. Creo que esperaban que me rindiera al ver lo pesada que era la vida allí, pero yo no iba a rendirme fácilmente, y aunque quedé como un inepto que ni siquiera pude aguantar su propio peso o tocar sus pies por falta de elasticidad no iba a dejarme vencer.
La primera semana fue la más dura, no tenía problemas con levantarme temprano y hacer los trabajos de limpieza aunque fueran en los baños, pero lo que era el trabajo físico y la pelea de contacto cuerpo a cuerpo era otra cosa, recibí tantas llaves y palizas que no puedo contarlas, al parecer mis compañeros disfrutaban lanzándome contra el piso, entendía que estuvieran tan furiosos conmigo, ellos se habían esforzado por llegar ahí, yo simplemente había llegado. Además habían ciertos rumores de que era un niño rico que pagó por su entrada ahí o que me acostaba con los de alto mando, la gente siempre se deja llevar por los rumores, mi mala condición física sólo les daba pruebas. Ellos disfrutaban cuando los instructores se lamentaban con basten voz alta sobre mi ineptitud a la hora de hacer los ejercicios completos y las risitas de los demás no se hacían esperar cuando me castigaban mandándome a hacer vueltas a una inmensa cancha. Ellos hacían lo que a mi tanto esfuerzo me costaba con los ojos cerrados y una sola mano, ahora entendía mejor la importancia de ir a preparación.
Me habían mandado con un grupo de novatos, en total éramos veinticuatro personas, para mi sorpresa habían muchos omegas, habían ocho en total, tanto hombres como mujeres. También habían betas, sólo cuatro, dos hombres y dos mujeres, nueve alfas no sé cuántos de cada uno y dos humanos. Y ninguno me hablaba como era de suponerse. La verdad poco o nada me importaba, lo único que tenía en la cabeza era encontrar a mi hermano y cada día había menos esperanza de hallarlo con vida. Había preguntado por la pareja de mi hermano al señor Marc, él me respondió que había salido con el grupo a cargo de Camiel hacia las montañas del norte, Zac también estaba en ese grupo. Los habían mandado hace apenas diez días a investigar las desapariciones de campesinos reportadas, estaban seguros de que habían sido vampiros los responsables y había que exterminar a los culpables, estaban incomunicados, no había señal en las montañas, eso quería decir que el pobre chico llamado Zachary aún no sabía nada.
De esta manera logré sobrevivir mi primera semana en la base.