-"¿Lo viste?"-
-"Si ¿es muy sexy no crees? ¿crees que tenga algo con David?"-
-"Es lo más probable, olía mucho a él, me pregunto si ese humano si puede complacerlo"-
-"Claro que no, a un bocadito como ese le hace falta un macho que de verdad lo atienda, y con ese culo que se manda..." -Eso fue lo que escuchó hablar a unos Alfas en los pasillos, al parecer todos en ese pasillo hablaban de lo mismo.
-"¿Viste a esa golfa? escuché por mi primo que se acuesta con los de alto mando para ganar posición, creo que no se equivoca, apenas hace meses era un novato sin siquiera ir a preparación y miralo ahora, codeándose con los de alto mando"-Dijo un omega sin poder disimular los celos en su voz.
-"Su atuendo lo dice todo, parece que hubiera salido de un prostíbulo, que asco, es un irrespeto que aún esté aquí después de haber golpeado al señor Albert"- ¿Acaso se referían a Daniel?¿Era Daniel el causante de ese alboroto? Sintió el deseo de gruñir, la mayoría de los Alfas estaban comentado cosas obscenas de él, ahora que sabía de quién hablaban sentía la necesidad de abrirles el cuello a todos.
Siguió el rastro de murmullos y rumores y llegó hasta la zona de práctica de tiros de armamento pesado ¿Que podría estar haciendo Daniel ahí? Un omega delicado como él no tendría porque estar en un lugar así. Abrió la puerta y él fue lo primero que vió, se estaba poniendo unas orejeras y las gafas de protección. Lo miró de arriba para abajo ¿Qué clase de vestimenta era esa? Llevaba un uniforme de mucama ¡De mucama! ¿En serio? Es decir, se le veía bien, las medias negras con eso tacones resaltan sus perfectas piernas... Pero ¡Ese no era el caso! Se regaño mentalmente ¿Por qué Daniel se vestía de sirvienta? ¿Se había vuelto loco? No podía andar por ahí con semejante vestimenta tan... ¿Atrevida? No, la vestimenta no era nada atrevida ni vulgar, la verdad es que no mostraba nada, sólo la piel de sus brazos y un espacio de la lechosa piel de sus piernas que no tapaba la falda ni las largas medias debido a que la falda le quedaba más corta en la parte de atrás porque su respingón trasero la hacía levantarse.
No entendía porque verlo con ese traje le molestaba tanto, era verdad, se veía sexy y eso hacía que llamara mucho la atención y se formara alboroto, él había despertado la envidia en los Omegas y la lujuria de los Alfas, se preguntaba si es que no se daba cuenta o lo hacía a propósito. También de alguna forma sentía que Daniel no se estaba comportando adecuadamente, ni como omega de casa ni como un soldado, definitivamente ese no era el Daniel que había conocido... No, la verdad es que él no se había tomado la molestia de conocerlo siquiera. De cualquier forma como se vistiera Daniel no era asunto suyo, o eso se dijo hasta que vió como el humano le enseñaba a disparar, demasiado pegado a él para su gusto, entonces intentó decirse lo mismo de antes, con quién anduviera Daniel no era asunto suyo... Pero ¿Podría ser? ¿Daniel de verdad sostenía esa clase de relación con el humano? "Es lo más probable, olía mucho a él, me pregunto si ese humano si puede complacerlo" Esas palabra vinieron a su mente, entonces ¡Era cierto! ¿Y porque esto lo alarmaba tanto? Demonios, lo que pasara con Daniel no era de su interés en absoluto, se repitió. ¿Entonces por qué no podía dejar de mirarlo? En ese momento Daniel volteó y lo miró haciéndolo sentir atrapado, como a un acosador. Su corazón palpitó fuerte sorprendiendolo ¿Una taquicardia en ese momento? ¿Pero que le pasaba? Aunque en un inicio había sentido la necesidad de apartar la mirada de inmediato no lo hizo, por el contrarío, la sostuvo hasta que Daniel dejó de mirarlo, entonces pudo respirar... Un momento ¿acaso había estado respirar porque Daniel lo había mirado? Aishh.
Mejor tomó una orejeras, una gafas de protección y comenzó a practicar, después de todo a eso había ido ¿no?.
-Ni siquiera me miró-Se quejó Daniel.
-Si que lo hizo- Sonrió con malicia David, a él no lo engañaba, sin duda ese traje había cumplido su cometido, atraer la atención del poseído.
-Pero sólo por unos segundos, luego me hice invisible para él, todo esto fue una pérdida de tiempo... Además esos asquerosos no dejan de mirarme como si fuera un trozo de carne- Se quejó de nuevo. Ya habían terminado con la práctica, la verdad es que disparar con esas armas tan enormes no era tan fácil como parecía, te lanzaban hacia atrás apenas apretabas el gatillo, de no ser por David que lo sostuvo se hubiera ido de culo al suelo más de una vez. Tampoco pudo atinar al blanco por mucho que lo intentó, ya lo lograría a la próxima. De cualquier forma había sido divertido, claro, lo habría sido más si hubiera dejado de pensar que Camiel estaba ahí, en el mismo lugar que él, viéndolo llevar un puto vestido de mierda sin hacer ni decirle nada ¿Por qué los demás Alfas si se fijaban en como iba y Camiel no? En ese momento tener que caminar por el pasillo era una mierda porque todo el mundo estaba murmurando cosas de él, como si fuera sordo para no escucharlas.
-"¡Oye muñeco!"- Escuchó que alguien gritó detrás de él -"Cuando te aburras de ese humano ven aquí, necesitas un alfa de verdad que te..."- Un fuerte golpe resonó en el pasillo y los murmullos no se hicieron esperar, Daniel y David voltearon para ver que ocurría.
Un tipo estaba tirado en el suelo al parecer inconsciente y Camiel mirándolo desde arriba como se suele mirar a los insectos, luego giró el rostro y miró a Daniel de una forma que lo hizo tragar saliva. Caminó a paso firme hasta él y tomó su mano comenzando a arrastrarlo de esa manera hasta llevarlo a un cuarto, habían unas chicas hablando sentadas en lo que era una especie de sala o algo parecido.
-¡Largo!-Casi les rugió, las chicas prácticamente salieron corriendo de allí, luego de eso Camiel cerró la puerta de un azotón. -¿Qué ocurre contigo?- Daniel parpadeó ¿Era en serio? ¿Después de haberlo arrastrado de esa manera era Camiel el que hacía esa pregunta?.
-¿Qué te pasa a ti?- Le preguntó Daniel.
-¿Realmente vas a ser así? Primero te haces un soldado, te desangras a propósito, luego golpeas a mi tíos, te haces un sirviente y ahora te vistes de mucama y te acuestas con un humano. Nada de eso está bien, compórtate ya ¿Quieres? ¿Cual es tu deseo de meterte en problemas?¿Que hubieras hecho si al golpear a uno de esos estúpidos se convertían y te atacaban? ¿Ahh? ¡Responde!- Le exigió.
Rayos, esas habían sido muchas cosas dichas a la vez, y todas eran igual de alocadas, dicho de esa forma sonaba realmente mal pero las cosas no habían sido así realmente, bueno, no sin justificación al menos... Pero por otra parte ¡¿Camiel se estaba preocupando por él?! Oh Dios... No, no era el momento de asumir cosas, lo mejor era ser precavido e indiferente. Miró a Camiel lo más serio que pudo aunque por dentro saltaba de alegría, después de todo no podía evitar hacerse ilusiones.
-Como primero me uní al ejército para obtener más rápido noticias de mi hermano, como segundo me desangré a propósito por mi hermano, como tercero, tus tíos se lo merecían y no me arrepiento y ¿De dónde sacas que me acuesto con David? y ¿A ti que te importa lo que yo haga? Déjame en paz- Dicho eso intentó salir pero Camiel lo agarró del brazo impidiéndole irse.
-Te estás comportando como un desvergonzado-Le soltó, no era eso lo que quería decir, pero es que había podido sentir el olor del humano en él y pues eso lo había enojado más de lo que ya estaba antes. Obviamente eso ofendió a Daniel y por eso no dudó en meterle una cachetada que resonó en la habitación.
-Respetame... -Le dijo respirando agitado. No pensaba que sería capaz de golpear a su Alfa, pero al parecer este seguía siendo un imbécil y se lo merecía. El silencio reinó por unos minutos como si ninguno pudiera creerse lo que había pasado.
-No respondiste a todas mis preguntas...- Habló por fin Camiel otra vez, sin mirarlo. Daniel intentó soltarse, se sentía mal, triste, a los ojos de su Alfa era un desvergonzado, todo estaba saliendo mal, no tenía sentido seguir con un plan que sólo lo alejaba más de él. Camiel sujetó más fuerte el agarre para evitar que se fuera.
-Me estás haciendo daño...- Camiel lo soltó percatandose de lo que hacía, le había dejado los dedos marcados.
-Soy casi el dueño de toda la base y si vas a estar aquí formando alboroto quiero saber los motivos por lo menos, así que no te vas a ir hasta que respondas a mis preguntas- Dijo antes de que intentara irse de nuevo. Daniel suspiró, era verdad, no había forma de salir si Camiel se lo impedía.
-Entonces pregunta- Aceptó tratando de hacer que no se le formara un nudo en la garganta.
-¿Por qué estás vestido así? - Preguntó luego de un rato.
-Es mi uniforme de trabajo- Mintió.
-¿Trabajo? ¿De qué se trata tu trabajo?-
-Soy la mucama del amo-Dijo lo que había ensayado con David.
-¿Amo? ¿Cómo que amo?- Ahora que recordaba, Daniel había golpeado a su tío cuando el humano le había dicho esa extraña orden en clave ¿Él era su amo? Al ver que Daniel no respondía nada decidió preguntar -¿Qué clase de trabajos realizas para él?-
Daniel se mordió el labio, no quería contestar lo que David le había dicho, pero no tenía opción -Hago lo que el amo quiera- Rayos, maldito David y sus deseos de hacerlo ver como su esclavo.
-¿Entre esos "lo que él quiera" Está ser su amante?- Se suponía que eso no tenía porque importarle pero de tan sólo pensarlo la sangre le bullía.
-No- Contestó, no pensaba mentir con eso, Camiel ya pensaba lo suficiente mal de él como para empeorarlo.
-¿Lo niegas aun cuando apestas a él?- Dijo empujándolo y haciéndolo caer al sillón que había justo detrás de él.
¿Apestaba a David? ¿Era eso posible?... Tal vez olía un poco a él porque usaba su jabón y su shampoo, también porque dormía en su cama con él, si, era eso, como pasaba mucho tiempo con él por eso se le había transferido el olor.
-Quédate quieto- Le ordenó Camiel mientras se posicionaba entre sus piernas. El pobre de Daniel no pudo hacer otra cosa que hacerle caso, en ese momento Camiel se veía tan enojado que algo en su instinto le decía que no le convenía enojarlo más.
Primitivamente Camiel había decidido que ese olor estaba fuera de lugar, nadie debía marcar lo que era suyo, por eso era hora de corregirlo. Lo abrazó y liberó su efluvio justo encima de él, impregnándolo, lo que no se esperaba era que Daniel también libera su aroma, uno amplificado como por tres veces, Daniel había respondido... Daniel... ¿Había hecho que Daniel cayera en un celo inducido? Se separó de él para poder mirar su cara y comprobarlo y cuando lo hizo sus ojos vidriosos y su rostro enrojecido se lo confirmaron, nunca le había pasado nada así, hacer que un Omega entrara en celo sólo con su olor. -Daniel... -Maldición, olía muy bien, las manos empezaron a temblarle. Lo mejor era apartarse ahora que aún estaba consciente y podía evitar violarlo -Voy a traer a un beta para que te de un supresor- dijo soltándolo. Antes de que Camiel se apartara del todo Daniel aprovechó para pegarle una cachetada incluso más fuerte que la anterior.
-L-largate... Rápido- Le ordenó, realmente lo que aún le quedaba de conciencia estaba ofendida y la parte salvaje que empezaba a dominarlo también ¿Qué acaso era tan feo como para que ni en celo quisiera cogerselo? -Eres un maldito idiota, ojalá te mueras... Agh ¡Mierda!-Se quejó por el dolor, había sentido una punzada tan intensa en el vientre bajo que se deslizó por el sillón hasta hacerse bolita en el suelo.
Camiel se había quedado congelado sin saber qué había pasado, hasta que algo en su cabeza hizo cortocircuito y por fin entendió. Había hecho sin querer que Daniel entrara en celo, y Daniel era un Omega con poca experiencia sexual en una edad donde pasar los celos solo era doloroso, sin un Alfa que atendiera sus necesidades... Por eso probablemente lo maldecía, había despertado la pesadilla de todo omega soltero a esa edad. Aun así se negaba a poseerlo... Pero es que olía tan bien.
Pronto el ambiente se hizo pesado por culpa de ambos, pero no podían evitarlo, era el llamado de la naturaleza, ambos estaban en una especia de guerra de esencias, para ver quién corría dónde quién, la habitación estaba más que cargada de feromonas sexuales, cada uno intentando atraer al otro. Y cuando Daniel estaba a punto de rogarle por un pedazo de churro con leche Camiel se rindió y cayó rendido a sus pies, o mejor dicho, entre sus piernas.
El bonito uniforme de Daniel terminó hecho trizas en unos segundos, la parte buena era que eso era solo la envoltura, el dulce era aún mejor. Camiel abrió las piernas de Daniel y rió.
-Si hubiera esperado un poco más el que se hubiera lanzado a mí habrías sido tú- Le dijo al ver lo mojado que estaban su sexys panties rojas. Apenas Daniel sintió el toque de Camiel se sintió en el cielo, con sólo un pequeño roce su cuerpo sintió como pequeñas descargas eléctricas llegaban a su vientre y aliviaban un poco el dolor. Sentía que en poco perdería la razón, lo que no entendía era como el estúpido ese estaba aún razonando en lugar de cogérselo como se debía, por eso liberó todo el efluvio que pudo cayendo por fin en la inconsciencia del instinto.
La verdad es que Camiel tenía un hilo mental separando la razón de la lujuria animal y cuando Daniel liberó esa bomba de feromonas sexuales la barrera desapareció y todo fue brusco, salvaje y placentero.
-Ahh, siii... Me gusta- Tenía a Camiel entre sus piernas empujándose fuertemente dentro de él mientras sostenía sus caderas moviéndolo al tiempo que él se movía, haciendo que el choque de caderas produjeran sonidos obscenos de chapoteo -Más... Ahh, se siente muy bien, Aahh- al parecer esto parecía incentivar más a Camiel porque se empujaba más fuerte si era posible.
-Vamos... ¿Esta rico?- Le preguntó Camiel, Daniel se metió la enorme polla lo más profundo que pudo en la garganta en respuesta -Aggh - Gruñó casi a punto de venirse -Vamos, date la vuelta- Le pidió. Pero Daniel se rehusaba a dejar de comerse al delicioso miembro.
-¿Quieres que esto esté donde debe estar, no?- Eso pareció convencerlo, se sacó el pene de la boca haciendo un sonido de "Plopt" al soltarlo del todo -¿Dónde lo quieres?-Daniel se puso en cuatro y sin reparo separó sus nalgas mostrando su mojado agujero bien dilatado ya. Ante la visión tan erótica y necesitada Camiel rápidamente entró por completo dentro de él casi dejándolo sin aire por el grito que dió, aunque su ano estaba bien preparado para recibirlo aún tenía que adaptarse a su tamaño.
Por momentos ambos tenían cortos lapsos de apenas segundos donde la razón les entraba y se daban cuenta de lo que hacían, pero eran demasiado cortos, después de eso no le daban descanso al goce.
Afortunadamente los celos inducidos sólo duraban alrededor de veinticuatro horas o menos. Daniel se despertó sintiéndose desorientado, abrió los ojos y se encontró con el fuerte pecho de Camiel justo frente a su cara recordandole lo que juntos habían hecho durante horas y horas de éxtasis, se ponía rojo de sólo recordar lo poco que recordaba. Aspiró, el maldito olía delicioso, justo ahora se sentía seguro y protegido sólo con sentir su olor, con sentirlo cerca, si tan sólo pudiera hacer que durara un poco más... Enterró la nariz en su pecho y suspiró.
-¿Te gusta mucho no es así?- ¡Estaba despierto!. -Mi olor... ¿Te gusta no es así?-¿Para que le mentía? Le encantaba.
-Sí... -Aspiró -Mucho-
-¿Quieres ser mi Omega?- "¡Por Dios! ¿Aun estoy soñando?" Se preguntó Daniel mentalmente -Contesta -Pidió Camiel impaciente por su respuesta.
-Sí- Contestó sincero.
-¿Aunque tal vez nunca llegué a amarte?- Le preguntó Camiel.
"¿Aunque nunca va a llegar a amarme...? ¿Puedo aceptar eso?... Sí, aunque nunca me ame lo aceptaré, porque seré su Omega, aunque no me ame yo tendré a sus hijos y haré hasta lo imposible porque me tenga aunque sea un poquito de cariño, de esa manera podré estar cerca de él y eso es mejor que nada, definitivamente mucho mejor " Pensó con esperanza. -Si, quiero ser tu Omega aunque nunca puedas amarme- Aceptó.
-Tendrás que ser fuerte... Si fuera por mí tú nunca serías mi Omega- Dijo Camiel haciendo que frunciera el seño. Bien con eso era más que suficiente.
-¡Lo sé! ¿Sí? Así que no me lo recuerdes más, sé que hubieras preferido que fuera Zac, porque es fuerte y lo que le sigue, pero ahora ZAC no puede porque ya tiene un alfa y sé que sólo soy como un sustituto, pero no me importa ¿Entiendes? Así que ya deja de mencionarlo... -"¡Mierda! hablé más de la cuenta..." Se lamentó para sus adentros al caer en cuenta de lo que había dicho.
-¿Cómo sabes eso?- Quiso saber Camiel algo sorprendido de que supiera algo así.
-No lo sé... Lo escuché por ahí- Dijo después -De cualquier forma quiero que me digas ¿Qué esperas exactamente de mí?- Le preguntó directo.
-Quiero que tengas a mis hijos- Le respondió igual de directo. Aunque se sonrojó un poco esa respuesta hizo muy feliz a Daniel. -¿Qué quieres tú de mí?-Le devolvió la pregunta Camiel.
-Quiero tener a tus hijos- Contestó más alegre de lo que recordaba haber estado jamás en su vida.
-Supongo que ahora eres mi Omega- "(Grito interno) Lo logré" Pensó Daniel.
-Supongo que ahora eres mi Alfa...- Dijo Daniel imitando su tono indiferente. Era un gran mérito el no ponerse a bailar ahí mismo -Alguna advertencia antes de empezar con nuestra... ¿Relación?- "Ohh, tenemos una relación, soy tan feliz." Grito en su mente Daniel al darse cuenta que ya tenía una relación con él.
-Soy posesivo y celoso, termina con la relación que tienes con el humano- Le exigió "Oww, ya empezó celandome que tierno" Se dijo Daniel derritiéndose de amor por dentro y pensó que era hora de explicarle algunas cosas para que estuviera tranquilo.
-No tengo ninguna relación con David, sólo es mi amigo, es un buen amigo- Le aclaró.
-Tenías su olor- Le recordó.
-Es porque uso su jabón y su shampoo... -Y porque duermo con él en su cama, completó en su mente pero ya que eso no sonaba muy bien prefirió guardarlo para si.
-Aun así olías a él- Insistió.
-Tal vez es porque paso mucho tiempo con él, soy su compañero de cuarto- Le informó.-
-¿Hasta cuando piensas quedarte aquí en la base?-Quiso saber.
-La cosa era hasta que fueras mi Alfa, pero ahora que ya lo eres será hasta que mi hermano recupere la memoria-
"Podrían ser años entonces... Y ¿Dijo que planeaba que yo fuera su Alfa? ¿Cómo?" Se preguntó Camiel, la verdad es que si lo pensaba resultaba ser bien extraño, luego de lo que había pasado entre ellos y lo maldito que había sido con él -... ¿Alguna advertencia antes de empezar con nuestra... Relación?- Preguntó.
-Sí, verás, soy muy cariñoso y sé que no va contigo pero ya que voy a darte hijos más te vale dejarte mimar o darme lo que pido... Ah, también soy celoso y posesivo, si me traicionas me vengaré y no será nada lindo ¿Entendiste?- Camiel se alzó para mirarlo y se dió cuenta de que hablaba muy en serio, eso lo hizo tener un extraño escalofrío.