El poseído.

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-Cierto, tengo que alimentarte ya que eres como mi mascota- Bromeó. Yo le dí un calvazo con mi mano por atrevido. Me apoyé en él ya que no podía apoyar todo mi peso en mi pierna y justo cuando dimos vuelta nos dimos cuenta que teníamos mucho público, y entre el público Camiel con sus tíos y su exnovio, obstruyendo nos la salida... ¿Esa era la única salida que había?.

Aunque me sentía avergonzado por haber golpeado al señor Marc estaba completamente seguro que se lo merecía así que no pensaba disculparme por algo que había disfrutado hacer. David apretó mi espalda, entendí que quería empezar a ejecutar el plan o... ¿Quería que fuera fuerte e indiferente como me había dicho antes? No lo sé, sólo me decidí a parecer de hielo y a actuar según el plan.

Caminamos hacia ellos hasta quedar frente a frente, me separé de David apoyando mi peso en ambas piernas y aunque eso me dolía horrores quería verme digno, por eso soporté. Camiel estaba ahí y yo me había decidido a no dedicarle ni una mirada, podía verlo de reojo pero lo ignoraría totalmente.

-Veo que el tiempo que has estado aquí ha rendido sus frutos, aprender todo eso en tan poco tiempo, sin duda te has convertido en un soldado- Me dijo el señor Marc con un toque de burla en sus gestos.

-Sí, es todo un soldado, pero no gracias a ustedes-Contestó por mi David bastante serio.

-Desde hace días fue relegado del cargo de soldado, no entiendo que hace aún aquí-Dijo el señor Albert.

-Él hace aquí lo que yo le ordeno, ahora trabaja para mí-Contestó David de nuevo.

-¿Que no puedes hablar por ti mismo?-Me preguntó el señor Albert.

-Él no habla sin mi permiso- Contestó David chulesco, yo lo miré y sonreí, quería matarlo. Cuando dijo que era a modo de juego estuve de acuerdo pero eso era porque no sabía que este era un juego donde yo era su perro, ahora ante todos seré un sumiso, SU sumiso, me lamenté.

-Oh, esto es gracioso-Dijo el señor Albert -Un defectuoso consigue un sirviente lame botas para poder sentir el poder que no tiene, tan típico- Cielos ¿De verdad este era el tipo con el que papá se llevaba tan bien? Maldito ¿Cómo se atrevía a decirle algo así? Quise golpearlo, desde este momento había decidido definitivamente que él no me caía nada bien porque era un doble cara, por lo tanto había que tener mucho cuidado con él y su ponzoña.

Miré a David, él bajó la mirada y sonrió de lado, algo me decía que esa mierda que había dicho el tipejo ese lo había enojado... Y mucho. El señor Albert se quedó mirándolo a la expectativa de su reacción, al igual que todos los presentes.

-Daniel... Aplicación de PV en E.R a un E.J.- Dijo con voz monótona (Eso significaba: Aplicación de patada voladora en espacio reducido a un estúpido jodido.

David se había tomado la molestia de enseñarme instrucciones en clave que podrían serme muy útiles a la hora de pelear, y todo esto mientras hacía abdominales o trabajaba en mi flexibilidad).

Sonreí satisfecho, era justo lo que quería hacer en ese momento.

Mi pierna lastimada había sido la derecha y sentía que aún no era capaz de hacer nada con ella, ni siquiera apoyar mi propio peso. Por eso apoyé mi brazo en el hombro de David para evitar caerme por el dolor, una vez estuve bien asegurado levante mi pierna izquierda y la lancé al rostro del señor Albert y aunque no tenía la suficiente flexibilidad conseguí darle en el mentón. El tipo dió un paso hacía atrás con el golpe, luego se cubrió la boca, al parecer había roto su labio de alguna manera, tal vez se mordió. El tipo me miró con sangre saliendo de su boca y sus ojos de lobo se asomaron. Yo muy lejos de estar asustado estaba más bien realizado con eso, había mucha adrenalina dentro de mi, tal vez por esto dejé salir mis colmillos y sonreí, era una clara provocación.

El tipo se abalanzó sobre mí pero fue parado bruscamente por la mano de David en su cuello, de alguna manera se vió como si su mano fuera una pared, fue espectacular.

David cerró su mano en torno al cuello del señor Albert y lo apretó, estaba tan serio que bien podría ser hermano de Camiel.

-Eso es lo que pasa con los Alfas, se dejan llevar tan fácil y se descontrolan tanto que al final dejan sus puntos vitales desprotegidos- Apretó más. Los ojos del señor Albert volvieron a la normalidad y se pusieron rojos de venas brotadas por la falta de aire, era obvio que nadie intervendría porque eso pisotearía más el orgullo del Alfa. David apretó más haciendo que que el acto sonara como cuando se roza un globo, por el roce de la piel. Luego lo soltó. Nadie dijo nada más, nos quedamos mirándolo en el suelo un rato para ver si respiraba y cuando finalmente lo hizo David me tocó la espalda y siguió su camino, yo empecé a caminar detrás de él. Eso había sido muy impresionante.

Ya en la habitación una vez la puerta estuvo cerrada me encargué de decirle a David lo genial que había estado todo.

-Fue increíble, de verdad te veías genial- Dije muy emocionado, David era muy genial.

-Tuvimos suerte, si se llegaba a convertir en lobo la cosa hubiera sido muy diferente, creeme- Dijo casi con un suspiro. Lo sabía, no había nada más peligroso que un lobo tan adulto fuera de control, pero aun así David había logrado controlar la peligrosa situación sólo con una mano antes de que el señor Albert se convirtiera y me matara. Eso hacía a David súper fuerte porque para controlar a un lobo hacía falta realmente mucho más que eso.

-De cualquier forma también estuviste genial, pensé que te daría miedo y dude un poco en que realmente te aprendieras las claves, pero lo hiciste y todo salió perfecto. Me vengaste de una manera muy especial ¿no se lo esperaban no? En mi imaginación le tumbabas la cabeza pero sólo le golpeaste el rostro y le partiste el labio, aun así con eso me doy por más que satisfecho.-Me felicitó... Creo. -Ahora hay que enseñarte otras cosas, ya sabes, para golpear algunos traseros que me han dicho unas cosas...-No lo dejé terminar. Espera ¿qué? ¿Acaso espera que peleara por él?.

-¿No estarás pensando usarme como tu matón personal no David?-Quise saber realmente preocupado por mi trasero.

-Oye Daniel, recuerdas que dijiste que te habías enterado de algo ¿de que te enteraste?-Me cambió de tema. Ahora que me acordaba tenía algo que contarle.

-Es verdad- Me senté en la cama que compartía con David, es que sólo tenía una cama en su habitación ya que había hecho sacar la de su compañero, era una cama bastante amplia y ninguno veía problema en compartirla. Me quité los zapatos y las medias para estar descalzo -Hoy sin querer mientras te buscaba escuché una conversación entre Zac...-

-¿Quién es Zac?-Preguntó sentándose también en la cama conmigo.

-Mi amigo, el que se comprometió con Camiel-

-Aah, ese que es como adicto al trabajo-

-No sé, supongo... ¿Sabías que el tiene un Alfa ya?-

-¿De verdad? ¿También es una aficionado a trabajo como él?- Yo alcé una ceja y continué.

-No sé... El caso es que le dijo a su Alfa que dejaría a Camiel por ella-

-¿Ella también es un adicto al trabajo cómo él?-Ok...

-No sé... Pero ¿no es genial? ahora ya tenemos el camino libre para...-Empece emocionado pero David me interrumpió.

-¿Crees que si los dos son aficionados al trabajo se casen en la base y tengan su luna de miel en misión?-

-¡Basta ya! ¿cuál es tu problema con que sean adictos al trabajo?-Le pregunté irritado.

-Es que no lo sabes, ese chico habla del trabajo toodo el tiempo, no se sabe otro tema, habla de lo que hizo y lo que haría en misión y es tan aburrido-Dijo fingiendo un bostezo.

-¡¿Y eso que tiene que ver?!- Sentí que me temblaba la ceja por sus tontas divagaciones.

-Am, pues nada, sólo quería criticarlo un poco jaja, oye, tranquilo, baja la mano-Dijo ocultándose detrás de una almohada cuando alcé la mano para darle un coscorrón -Ya hablando en serio ¿Crees que realmente deje a Camiel?-

-Él le juró a la chica que si-Bajé la almohada y contesté mermando mi irritación al ver que empezaba a tomar el tema en serio.

-¿Dónde los escuchaste hablar?-Preguntó.

-En una oficina en el fondo de ala A ¿Por qué?- David se levantó sacando su computadora de debajo de la cama y empezó a mover algunas teclas, luego la pantalla se dividió en varios cuadritos que eran como... ¡Las imágenes de las cámaras de seguridad! Cielos, este tipo... -¿Cómo...?-No pude ni terminar la pregunta.

-Intercepté las cámaras de seguridad de toda la base, también instalé algunos micros-Soltó como si nada.

-Eres un peligro social- Dije lo que me parecía sinceramente, el tipo era muy inteligente.

-Agradecelo, así fue como te conocí-Eso me dejó con la boca abierta.

-Mira- Me dijo acomodándose mejor. Me mostró a Camiel con Zac caminando por el pasillo hacía la oficina de antes. Cuando llegaron David activó el micrófono. Justo a tiempo para ver la función, pensé.

-Tenemos que hablar- Camiel no dijo nada. -Nuestra relación tiene que acabar, voy a volver con mi Alfa - ¿Camiel lo sabía? -Lo siento... Te agradezco por todo-dijo y después salió de la habitación sin más, que fácil había sido eso.

Me quedé mirando a Camiel y lo sexy que se veía recostado en esa pared. Buscó en sus bolsillos y sacó un cigarro empezando a fumar. ¿Cómo alguien tan guapo podía ser tan indiferente y cruel? Se quitó el cabello de la cara mostrando su bien hecho y perfilado rostro marfileño, casi suspiro de lo perfecto que es, y pensar que todo él sería mío, claro, antes tendría que rogarme para que lo aceptara y tenía claro que no se la dejaría fácil.

-¿Ves? El tipo es de lo insensible que puede haber, el otro le dice que terminan y el esta como ok con su cara de palo, parece un asqueroso vampiro siendo tan blancucho ¿No puede asolearse más?- Después de que David dijera esto Camiel miró justo a la cámara, era como si nos pudiera ver directamente, tanto David como yo nos apartamos de la pantalla del susto y en un segundo la cámara estaba desconectada y la pantalla se volvió negra. -Jesús-Dijo David tocando su pecho dramáticamente, aunque yo estaba igual -Te digo que ese tipo no es normal-

-¿Viste eso?-Le pregunté.

-Claro ¿no ves cuán asustado estoy? él es mitad bruja o que se yo, ni siquiera se movió para apagar la cámara-

-No es eso, ¿viste sus ojos? eran como amarillos...-Me dió un escalofrío.

-¿Qué ojos?-¿No los había visto?.

-¿Puedes devolver el vídeo?- Le pedí.

-Lo intentaré- Él tomó el computador que había apartado bruscamente antes y empezó a mover algunas teclas, recuperando los archivos de reproducción de video. Como quince minutos después ya estaba listo para ser visto. Nos pegamos prácticamente a la pantalla y lo adelantamos mucho y justo antes de que Camiel apagara la cámara lo pausamos. Ahí estaban, sus bastante extraños ojos amarillos. -T-tal vez sea un efecto de la luz-Intenté explicar.

-Que va, te enamoraste de un puto poseído-Como no eso me hizo reír. Él también rió -¿Ahora que ves como da miedo aun quieres seguir con tu plan descabellado?-

-Es tú plan descabellado-Le recordé.

-Sí, es cierto mi muy brillante plan- lo auto alabó.

-Sí... Oye, por cierto ¿cómo es eso de que me conociste por medio de cámaras? Pensé que te habías dado cuenta de mi existencia por medio de las quejas de los demás... ¿Fue mentira eso de que eras psicólogo? -

-No, es verdad-

-¿Entonces porque nunca trabajas?-

-Porque yo hago lo que me da la gana, además me caga escuchar los problemas de la gente pendeja y soy muy mal consejero. Una vez un tipo Beta llego diciéndome que su amigo se había tirado a su novia y no sé qué, le recomendé que le hiciera lo mismo, vieras que lio que se armó-

-... ¿Y aún así estás aconsejándome a mi?-David se rascó el cuello mirando el piso.

-Vamos a comer mejor-Terminó de esa manera la conversación.

-Daniel... ¡Daniel!... Despierta, despierta... ¡Despierta!.- Sentí que me llamaban, era mi madre, era su voz, me llamaba, muy de cerca o muy alejada. Abrí los ojos, todo estaba borroso. ¿Dónde estoy? me pregunté.

-Daniel, cielo...- ¿Mamá? Era la voz de mamá. -¡Daniel!.

-¿Ma... Ag...- No puedo hablar ¿qué pasa? me duele respirar. Enfoque mejor la vista y lo que antes era borrón rojo ahora era el rostro de mamá... Lleno de sangre. ¿Qué le había sucedido? alcé mi mano para tocarla y ví que también estaba igual que ella, pintada de muerte. ¿Qué es todo esto?.

-Respira cielo, pronto va a terminar...-

-¡Despierta Daniel! Tu uniforme llegó- Me gritó al oído.

Me senté de un salto. -Que... Ah, idiota ¿No podías esperar a que despertara?-

-No. Rápido hay que ponertelo para ir a molestar al poseído...- Se me quedó mirando- ¿Estás bien? te ves algo pálido y agitado ¿Te asusté?-

-No, si estoy bien, no pasa nada- Había olvidado lo sensitivo respecto a las emociones de los demás que es. -Déjame me ducho y arreglo y vemos que tal es ¿vale?- Me levanté rápidamente y me metí al baño. ¿Qué mierdas fue esa pesadilla? pensé mientras me desvestía, abrí el agua para poder fregarme la cara con fuerza y quitarme esa sensación tan desagradable que sentía. ¿En qué estaría pensando mi cerebro para hacerme soñar algo así?. Rápidamente me peiné, vestí y salí a ver el uniforme.

-¿Cómo me veo?-Pregunté alisando la falda.

-Muy violable- dijo dejándome desconcertado.

-Iugh, estás babeando mis zapatos-Le avise en broma. Él se levantó y me tendió es cosa que usan las Maids es la cabeza, la tomé y lo lancé lo más lejos posible, ni loco me pondría algo así.

-Con un "no me pondré eso" hubiera bastado-dijo David. -Ven, vamos a iniciar el plan "Desespera al pulgoso".

-¿Dónde vamos?-quise saber, me avergonzaba pensar que saldría en público así, no podía evitar pensar que me estaba dejando en ridículo yo mismo. -David ¿No crees que me estoy avergonzando yo mismo? Me siento ridículo con esto-Le hice saber cómo me sentía.

-No, te ves bien, y es la única forma para llamar la atención del poseído... Todo va a salir bien-Me aseguró.

-De alguna forma siento que vestirme así para llamar su atención es demasiado-Me puse inseguro. ¿Qué tal que nada de esto valiera la pena porque él tomaba la decisión de ignorarme?.

-Por mi que ni movieras un dedo para llamar la atención de ese imbécil, pero la verdad es que no quiero verte sufrir por dejar de intentar conseguir lo que quieres, por eso te digo que sigas con el plan y si te sientes demasiado incómodo hoy con eso puesto no volverás a ponerte el traje y ya ¿vale?-Yo asentí. -¿Listo para ser mi mayordomo?-

-Sí-Contesté seguro de nuevo. David tenía razón, tenía que intentarlo al menos porque si no luego me lamentaría por siempre por no haberlo intentado todo.

Caminé detrás de David en completo silencio, la gente se me quedaba mirando, no sabía si era por mi o si era por lo que llevaba en las manos.

El traje que tenía puesto no era vulgar pero si algo llamativo, negro con blanco, falda con olanes, una especie de corsé al frente y en la espalda, de largo más arriba de las rodillas, sin mangas, medias negras cuatro centímetros por arriba de las rodillas, tacones negros cerrados en plataforma y guantes blancos, también me había peinado y maquillado discretamente. Según David había quedado muy guapo, pero me sentía inseguro, y aunque por fuera traté de parecer inmutable por dentro los maldecía por estarme mirando tanto y hacerme sentir incómodo.

David me hacía caminar por todo el pasillo cargando un arma más grande que yo, según él me enseñaría a usarla, no lo veía necesario pero de cierta forma pensar en aprender eso me emocionaba. Pasamos por todo un pasillo en el ala C hasta el fondo y por fin entramos a un enorme salón recubierto con cristal y con maniquíes destrozados por todas partes, sólo hacía falta mirar alrededor para saber porqué. El salón era de práctica de manejo de armamento pesado, no fue difícil adivinar que los vidrios que cubrían las paredes y separaban el salón en espacios estaban más que blindados, todo el lugar olía a plástico quemado. Los soldados practicaban con armas casi tan grandes como la que yo tenía en las manos, ellos apuntaban y disparaban dando en el blanco que para el caso eran maniquíes pegados del techo haciéndolos volar en pedazos, eran muy buenos. Se veía divertido pero ¿Para que manejar armas cuando pueden transformarse en lobo para combatir a los vampiros? Esto es extraño. David me pasó unas gafas de protección y unas orejeras, me las puse y de pronto sentí una mirada penetrante en mi nuca, voltee, entonces tuve que hacer un gran esfuerzo para voltear la cabeza y la mirada hacía donde estaban antes con tanta tranquilidad, como si no me importara, era Camiel el que me quemaba con la mirada prácticamente, mi estómago bailó con la sorpresa, recordé como sus ojos se habían puesto en el vídeo y tuve otro escalofrío.
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