Se alteró de sobre manera, el lobo en su pecho le ordenaba que fuera a buscar a su pareja porque estaba lastimada, estaba débil y vulnerable, tenía que cuidarla. El olor de la sangre le decía que era de Daniel, y sin pensarlo más salió corriendo a buscarlo, el instinto hablaba por él.
-¿Pero que estoy haciendo?- Se preguntó, sus pupilas en ese momento dejaron de ser dos lunas negras convirtiéndose en apenas dos líneas verticales, se contrajeron, como las pupilas de un gato.
-Es el lobo-Pensó -Es el lobo queriendo hacer lo que le plazca conmigo- Podía sentir al animal utilizando las uñas, intentando rasgar su alma o lo que quedaba de ella para escapar, dominarlo y hacer de él un ser patético, un ser sin voluntad propia.
-Así que quieres más- Le dijo al lobo, en su cabeza sintió como el lobo decía a gritos roncos que sí, los gritos se hicieron cada vez más fuertes hasta que sintió que ya no estaban en su mente, ahora podía sentirlo cerca -Realmente no tienes fondo...- Abrió los ojos y lo vio, un lobo negro gigantesco justo enfrente de él -¿Si ya lo tuviste una vez para que más lo quieres?-
-Lo quiero- El lobo monstruosamente enorme le habló ahora ya no con desesperación si no que con casi su mismo tono de voz.-Lo necesito, enloqueceré y tu lo harás junto conmigo si no me lo das- Lo amenazó.
-Ja, lo que dices no tiene sentido, después de todo eres un animal- El lobo le gruñó.
-No te cuesta nada darmelo, si no lo haces tomaré yo y de paso el control para siempre-
-No puedes, lo que pasó hoy no volverá a ocurrir, no voy a dártelo, ya me comprometí con Zac, él será tu omega para siempre, él tendrá mi descendencia, eso es lo máximo que vas a conseguir con respecto a eso-
-Ese chico es mi pareja, la pareja de tu lobo. Lo sabes, lo sentiste-
-Te equivocas, no lo sé, no lo sentí-
-Lo necesito, me comeré a toda la manada de la misma forma en que me comí a tu lobo si no me lo das-
-Sabes que eso no me importa, puedes intentar hacerlo- contestó con voz monótona, la que tenía siempre, ni muy alta ni muy baja, carente de cualquier emoción. -Ese omega será sólo una molestia, al igual que tú-
-Un día terminaré contigo, tomaré control de tu cuerpo y entonces...-
-Sea lo que sea que quieras hacer no me lo cuentes, no me interesa. Sabes que nada de eso pasará. Después de todo no tengo porque cumplir tus deseos-
-Como tu no tienes deseos propios sólo te queda cumplir los mios ¿No te importa saber que el omega de tu lobo está sufriendo?-
-Ese problema se quitó de mi conciencia el día en el que te comiste al lobo-
-Más bien me comí tu conciencia... ¿No lo extrañas? Mi cuerpo lo asimiló y ahora tengo sus instintos y sentimientos, siento como un animal, pero tú ¿no sientes nada realmente?-
-Nisiquiera llegué a conocerlo, tu lo consumiste mucho antes de que llegara a la edad en que se revelaría... Nunca antes te había interesado ni habías preguntado algo así ¿A qué se debe el repentino interés?-
-A que tú y yo jamás llegamos a fusionarnos como un sólo ser, yo lo tomé todo y te quedaste sin nada, puedes decidir cuando convertirte en lobo, que habilidades y sentidos usarás, pero aun así no sientes nada cuando lo utilizas ¿Crees que aún tienes un alma o la devoré junto con tu lobo?-
-Devoraste la parte de mi alma que estaba con el lobo, seguramente allí era donde se guardaba la conciencia.-
-Me gusta el odio que me tienes, ahora yo soy tu lobo, un lobo que jamás podrás controlar y que algún va a tragarte por completo jaja-Comentó burlesco y orgulloso.
-Nada de eso va a suceder, antes encontraré la manera de que el alma que me queda te absorba, así podremos fusionarnos de una vez por todas y entonces ya no serás un estorbo-
-No hables como si fuéramos dos seres totalmente distintos, después de todo somos un sólo ser-
-Yo soy un ser, tú eres sólo un parásito que se adhirió a mi-
-Me convertí en tu lobo, tomé sus instintos y adopté ese salvajismo animal al haberlo asimilado, su Alma está conmigo, siento lo que él sentía y te digo lo que él te diría, entonces ¿Por qué no puedes reunirte con tu pareja destinada si te estoy diciendo que es él?-
-Porque no lo siento, no puedo decir si es mi pareja o si sólo mientes, él es un omega de hogar, no hay forma en que un débil como él pueda tener mi descendencia. Ya elegiste a Zac, yo estoy de acuerdo en con que sea Zac ¿Por qué no te conformas con él y me dejas en paz?-
-Porque de sólo sentir su olor quiero saltarle encima, poseerlo y marcarlo para siempre, es algo que tu verdadero lobo quiere, además ¿Si es tan débil porque te lo cogiste ese día? No fuí yo el que te obligó -
-Porque él estaba en celo, eso me enloqueció completamente-
-Ya habías presenciado celos antes y no enloqueciste, ni siquiera reaccionaste al olor, cuando te follaste a Zac te morías del aburrimiento y demoraste como una hora para poseerlo, pero con él no te tomó ni tres segundos desgarrar el vestido y entrar en él ¿Qué dices de eso? ¿Porque te niegas a darmelo?-
-Lo vas a devorar. Sólo quieres eso, no soy tu maldito sirviente para salir corriendo a buscar lo que se te antoja, no quiero complacerte. -
-¿Qué te importa si lo lastimo? ¡Damelo! Mis deseos son los que te han permitido adquirir recuerdos, sin mi serías como una cáscara vacía, que sólo existe y ya. Consiguelo para mi-.
-No.-
-Esta bien, pero te voy a advertir una cosa, frente a él no podrás controlarte, ese semblante incorruptible de cualquier tipo de sentimiento o emoción que tienes en el cuerpo se verá gravemente afectado, porque cuando cuando se trate de él no podrás pensar.-
-Claro que podré-
-Ahora es cuando me arrepiento de no haber comido también esa parte de ti-
-¿La parte que no puedes manipular?-Preguntó burlesco. La parte que el lobo no podía controlar era él, era su alma. -Cállate de una vez y regresa, quiero pensar-le dijo después cerrando los ojos.
-Ni tu falta de emociones te salvarán de esta, nada te protegerá de caer por él- Mientras decía esto su voz se iba alejando cada vez más.
Camiel abrió los ojos, el lobo ya no estaba frente a él, se acostó en el suelo y no pudo evitar preguntarse si sería verdad -Con que caer por él- Imposible, se contestó, no había forma en que él pudiera sentir algo diferente al deseo que querer sobrevivir y no ser molestado.
Nada podía lastimarlo, nadie podía llegar a él, no había nada que quisiera, el lobo monstruo tenía razón, él era una cáscara vacía. Sin ningún sueño, sin ningún anhelo, sin ningún dolor...
Todo lo que podía sentir era físico, deslizó las manos por el pasto verde, pero esto no le produjo nada, ni siquiera molestia.
Cuando se está herido pero no se siente nada hay que preocuparse, el dolor es la única alerta que tiene el cuerpo para avisar que algo va mal, su cuerpo sentía dolor, él no, y él dolor es la única forma de saber que aún se está vivo.
Había visto tantas muertes, personas que había visto alguna vez durante mucho tiempo habían regresado sin vida luego de una misión, trató con ellas y en su momento veló por su seguridad, pero aun así no podía recordarlas como más, para él sólo eran como las hormigas con las que una vez se cruzó en el camino.
esa?. Apretó su puño. Ni Siquiera tenía el deseo de suicidarse, si la corriente lo llevaba o lo traía para él era igual y eso estaba cansandolo, si se habían llevado su capacidad de sentir entonces ¿Por qué no se habían llevado su razón también? Todo sería más fácil si fuera un inconsciente porque estaba harto de saber que está bien y que está mal, de saber cuál era su problema pero no poder hacer nada al respecto. Entonces lo recordó.
Apareció de la nada lanzándose encima, se apretó contra mí fuertemente y ya no pude controlarme, su olor era relajante como la tierra mojada y a la vez dulce y atrayente como las rosas, él olía a una mezcla de tierra y flores, llegué a pensar que ningún olor podría interesarme jamás hasta que pude olfatearlo. La tierra mojada es algo que está en el ambiente cuando cae la lluvia, las flores crecen en ella, son olores muy comunes, pueden estar juntos en el mismo lugar pero jamás se mezclan, Daniel tenía como olor personal lo imposible, su aroma era una mezcla de esto. Pensé que se trataba de un error y eran solo olores que se habían impregnado en él pero por más que aspiraba de su aroma más se volvía claro para mí que él era la fuente. Sin poder resistirlo pegué mi nariz a su cuello y me embriagué, era sensacional, activaba en mi algún tipo de entusiasmo, de deseo, entonces quise adueñarme de su efluvio, robarlo todo. Sin poder contener mis instintos de apropiación metí mi lengua en su boca, saboreandolo, sabía tan dulce como olía y también quise más de ese néctar. Lo caté con todo él deseo que me permitía el fragmento que tengo por alma, una anguila eléctrica se movió en mi pecho y dio una descarga cuando él movió al igual que yo su lengua en busca de lamia. Tomé la decisión de tomar hasta su sombra si era necesario, fue entonces cuando lo cargué para llevarlo hasta mi habitación mientras absorbía de su cuello con mis labios las microscópicas gotas de sudor que le daban el encantador olor a su ser. Ya tenía una erección entre mis piernas para ese momento, lo lancé a la cama y ni siquiera me propuse arrancarle el vestido con mis manos cuando sólo en un parpadear ya lo había hecho. Dejé al descubierto la piel más perfecta que había visto en mi vida, y allí bastantes resaltantes entre tanta blancura dos pequeño botones hinchados y rosas pedían a gritos que pasara mi lengua por ellos. Pude notar en mi momento de apreciación como el chico peleaba con los botones de mi camisa con desesperación casi y falto de paciencia le dió un tirón a la camisa que los mandó a volar, me sentí satisfecho de que él estuviera igual que yo.
Cuando pasó sobre mi piel sus manos acariciándome con ese deseo tan inexplicable, tan potente y definido sentí como no sólo mi erección palpitó si no que algo saltó dentro de mi. Él alzó la mirada y noté que sus ojos eran del color del cielo y me dije que tal vez de esa forma podría alcanzarlo, alcanzaría el cielo si lo hacía mío.
Tomé rápidamente uno de esos rojos pezones necesitados que tanta atención pedían entre mis labios, succionando y repasando con la lengua, los tomaba en mi boca con codicia y lamía el camino que hay de un pezón a otro. Él gemía fuertemente sin restricciones motivándome a continuar, le había encantado lo que estaba haciéndole, sostenía mi cabello, presionaba mi cabeza contra su pecho exigiendome más y esto me ponía más excitado si era posible. Subí hasta su boca y él protestó, pero yo quería sentir como sus ruidosos y maravillosos gemidos salían de su garganta para morir en mi boca, lo besé apasionadamente y él no pudo hacer más que cumplir con mis deseos, avergonzado por alguna razón. Entre el beso jugué un poco con mis dedos en sus botones haciéndolo temblar y arquearse, me gustaba que su cuerpo fuera tan sincero respecto a lo que sentía. Separé sus piernas y me metí entre ella, bajé las manos acariciando todo su torso y de la misma forma en que quité su vestido así mismo pasó con su ropa interior, unas panties azules celeste que le quedaban muy bien fueron hechas trizas.
Tuve una excelente vista de todo, tenía un pene pequeño que quise meter en mi boca al momento en que lo libere de la prenda azul, estaba enrojecido y goteaba, pude apreciar rápidamente esos muslos tersos y esa pequeña entrada rosa que ya estaba más que mojada protegida entre sus nalgas, tomé rápidamente esas redondas nalgas y las tantee a mi gusto, eran magníficas, las separé para poder mirar mejor esa pequeña entrada tan atrayente, estrujaba sus nalgas con gula y apoyé mi erección contra su ano y me empujé sin pensar, él gritó por el dolor, era un virgen, de lo estrecho que era sólo había entrado la punta y el ya quería llorar prendiéndose tiernamente de mis hombros, eso me hizo querer metérsela más rápido. Empujé mi pene con fuerza para entrar del todo, él gritó más alto que antes y las lágrimas escaparon de sus ojos, atrapé una lágrima que bajaba por su mejilla con la lengua y la saboree, sabía tan bien como todo él. Estar dentro de él era muy satisfactorio por lo apretado que era, pero a él por el contrario le costaba trabajo hasta respirar -Relájate-le pedí, aunque esa cara roja y adolorida me atrajera tanto. Al parecer le hizo sentir mejor enterrar sus uñas en mi espalda, eso sólo me encendía y aunque hubiera querido verlo llorar más por tenerme dentro de él siendo una bestia esperé para poder moverme, él supo pagarlo con creces, cuando empecé a moverme él lo disfrutó de la misma forma en que yo y hasta se movió también lo que fue realmente delicioso, ver donde se unían nuestros cuerpos y oír nuestras caderas chocando me dio un morbo que no puedo explicar, lo moví y me empujé en él cuán intenso quise, para subir mi ego él sólo gemía complacido. Después de empujarme con más fuerza sentí rozar con mi pene una parte dentro de él que lo hizo cerrar lo ojos y correrse mientras tenía espasmos y temblaba, esa cara fue todo lo que necesité para seguir adentrándome en él placenteramente, pero cada vez ese capullo de carne se cerraba más y más a mi alrededor haciéndolo casi insoportable, fue entonces cuando sentí que anudaría, me empujé más dentro de él hasta alcanzar su límite y esperé a anudar, toda mi semilla estaría en su interior, mi esencia se quedaría en su cuerpo para siempre. Le regalé un segundo orgasmo y para cuando acabé el estaba inconsciente.
Fue entonces cuando reaccioné, aun me pregunto que fue lo que pasó. ¿Cómo fue que terminé llevándolo a mi cama? había tenido sexo con el hijo del amigo de mi tío, ese que siempre me envía algún postre, hace tiempo no lo veía, la última vez que lo ví tenía trece años, creció, ahora es todo un omega. Había escuchado cosas de él, la gente decía que él era un quedado a pesar de ser el omega perfecto, aunque era extraño que fuera virgen con la edad que tenía.
Tenían razón, era muy hermoso, sin duda sería un gran esposo... Pero yo no quería un esposo, sólo quería a alguien fuerte que portara en su vientre a mi descendencia, un guerrero, no un ama de casa. Este omega no sirve para mis propósitos, sólo será una carga, no podrá defenderse solo y tendré que velar por el todo el tiempo, si alguna vez ocurre un desastre de esos que son tan probables él no podrá defender a mis crías, ni siquiera a él mismo. Había poseído a un virgen y ahora tendría que casarme con él por obligación, y me imaginé como seguramente sería todo.
Me iría por meses por el trabajo y lo dejaría solo el resto del tiempo, sólo regresaría cada tres meses para asegurarme que su estomago siguiera lleno de mi, él sería molesto y siempre me reclamaría con justificada razón por no estar con él como se debe y no darle el cariño que ni siquiera puedo sentir a nuestros hijos. Como pasa con con todas la esposas después de un tiempo me pediría dejar el trabajo, cosa que no haré jamás porque matar es el único trabajo que se hacer, él se deprimirá y me preguntará constantemente sobre el amor yo no podré mentirle, llorará mucho, se llenará de soledad y me odiará. Es mejor cortar todo de raíz, un ama de casa no es mucho más que una mucama, sólo se queda en casa y espera, no era lo que esperaba de una pareja. Además ya tenía planes para su vida con respecto a eso, desde que era un niño había resuelto su vida en ese aspecto.
Le pediría a Zac que fuera su omega, desde que vio a Zac cuando era un niño la primera vez supo que había una chispa dentro de él, sea lo que fuera sería fuerte, y era justo lo que él necesitaba para ser la madre de sus futuros hijos, él podría protegerlos si alguna vez se dejaba asesinar, él jamás le pediría que dejara el trabajo porque él también era un hombre de guerra y entendía, él podría recuperarse más rápido del sufrimiento que le ocasionaría su desamor, además ya había empezado una relación sexual con él. Pero ahora sus planes se verían frustrados por haber tomado a ese omega, de alguna forma sentía que era culpa de lobo que llevaba dentro, pero eso no era posible porque jamás lo escuchó pedirlo en la mente, sólo sucedió, es que el con su olor lo había enloquecido momentáneamente, era porque estaba en celo, de otra manera no se lo explicaba que pudo provocar esa reacción en él.
Cuando el chico despertó se encargó de decirle todo lo que pensaba con respecto a él, tal vez fue algo brusco para referirse y dijo cosas que de verdad pensaba de forma totalmente grosera, pero era mejor, así él se desencantaría de él de y no se haría más ilusiones. Tal vez era un maldito por haber tomado su primera vez y haberse marchado como si nada, pero él no sentía ninguna culpa.
Aunque ¿Por qué ahora mismo se acordaba de ese día?.
-¿Pero que estoy haciendo?- Se preguntó, sus pupilas en ese momento dejaron de ser dos lunas negras convirtiéndose en apenas dos líneas verticales, se contrajeron, como las pupilas de un gato.
-Es el lobo-Pensó -Es el lobo queriendo hacer lo que le plazca conmigo- Podía sentir al animal utilizando las uñas, intentando rasgar su alma o lo que quedaba de ella para escapar, dominarlo y hacer de él un ser patético, un ser sin voluntad propia.
-Así que quieres más- Le dijo al lobo, en su cabeza sintió como el lobo decía a gritos roncos que sí, los gritos se hicieron cada vez más fuertes hasta que sintió que ya no estaban en su mente, ahora podía sentirlo cerca -Realmente no tienes fondo...- Abrió los ojos y lo vio, un lobo negro gigantesco justo enfrente de él -¿Si ya lo tuviste una vez para que más lo quieres?-
-Lo quiero- El lobo monstruosamente enorme le habló ahora ya no con desesperación si no que con casi su mismo tono de voz.-Lo necesito, enloqueceré y tu lo harás junto conmigo si no me lo das- Lo amenazó.
-Ja, lo que dices no tiene sentido, después de todo eres un animal- El lobo le gruñó.
-No te cuesta nada darmelo, si no lo haces tomaré yo y de paso el control para siempre-
-No puedes, lo que pasó hoy no volverá a ocurrir, no voy a dártelo, ya me comprometí con Zac, él será tu omega para siempre, él tendrá mi descendencia, eso es lo máximo que vas a conseguir con respecto a eso-
-Ese chico es mi pareja, la pareja de tu lobo. Lo sabes, lo sentiste-
-Te equivocas, no lo sé, no lo sentí-
-Lo necesito, me comeré a toda la manada de la misma forma en que me comí a tu lobo si no me lo das-
-Sabes que eso no me importa, puedes intentar hacerlo- contestó con voz monótona, la que tenía siempre, ni muy alta ni muy baja, carente de cualquier emoción. -Ese omega será sólo una molestia, al igual que tú-
-Un día terminaré contigo, tomaré control de tu cuerpo y entonces...-
-Sea lo que sea que quieras hacer no me lo cuentes, no me interesa. Sabes que nada de eso pasará. Después de todo no tengo porque cumplir tus deseos-
-Como tu no tienes deseos propios sólo te queda cumplir los mios ¿No te importa saber que el omega de tu lobo está sufriendo?-
-Ese problema se quitó de mi conciencia el día en el que te comiste al lobo-
-Más bien me comí tu conciencia... ¿No lo extrañas? Mi cuerpo lo asimiló y ahora tengo sus instintos y sentimientos, siento como un animal, pero tú ¿no sientes nada realmente?-
-Nisiquiera llegué a conocerlo, tu lo consumiste mucho antes de que llegara a la edad en que se revelaría... Nunca antes te había interesado ni habías preguntado algo así ¿A qué se debe el repentino interés?-
-A que tú y yo jamás llegamos a fusionarnos como un sólo ser, yo lo tomé todo y te quedaste sin nada, puedes decidir cuando convertirte en lobo, que habilidades y sentidos usarás, pero aun así no sientes nada cuando lo utilizas ¿Crees que aún tienes un alma o la devoré junto con tu lobo?-
-Devoraste la parte de mi alma que estaba con el lobo, seguramente allí era donde se guardaba la conciencia.-
-Me gusta el odio que me tienes, ahora yo soy tu lobo, un lobo que jamás podrás controlar y que algún va a tragarte por completo jaja-Comentó burlesco y orgulloso.
-Nada de eso va a suceder, antes encontraré la manera de que el alma que me queda te absorba, así podremos fusionarnos de una vez por todas y entonces ya no serás un estorbo-
-No hables como si fuéramos dos seres totalmente distintos, después de todo somos un sólo ser-
-Yo soy un ser, tú eres sólo un parásito que se adhirió a mi-
-Me convertí en tu lobo, tomé sus instintos y adopté ese salvajismo animal al haberlo asimilado, su Alma está conmigo, siento lo que él sentía y te digo lo que él te diría, entonces ¿Por qué no puedes reunirte con tu pareja destinada si te estoy diciendo que es él?-
-Porque no lo siento, no puedo decir si es mi pareja o si sólo mientes, él es un omega de hogar, no hay forma en que un débil como él pueda tener mi descendencia. Ya elegiste a Zac, yo estoy de acuerdo en con que sea Zac ¿Por qué no te conformas con él y me dejas en paz?-
-Porque de sólo sentir su olor quiero saltarle encima, poseerlo y marcarlo para siempre, es algo que tu verdadero lobo quiere, además ¿Si es tan débil porque te lo cogiste ese día? No fuí yo el que te obligó -
-Porque él estaba en celo, eso me enloqueció completamente-
-Ya habías presenciado celos antes y no enloqueciste, ni siquiera reaccionaste al olor, cuando te follaste a Zac te morías del aburrimiento y demoraste como una hora para poseerlo, pero con él no te tomó ni tres segundos desgarrar el vestido y entrar en él ¿Qué dices de eso? ¿Porque te niegas a darmelo?-
-Lo vas a devorar. Sólo quieres eso, no soy tu maldito sirviente para salir corriendo a buscar lo que se te antoja, no quiero complacerte. -
-¿Qué te importa si lo lastimo? ¡Damelo! Mis deseos son los que te han permitido adquirir recuerdos, sin mi serías como una cáscara vacía, que sólo existe y ya. Consiguelo para mi-.
-No.-
-Esta bien, pero te voy a advertir una cosa, frente a él no podrás controlarte, ese semblante incorruptible de cualquier tipo de sentimiento o emoción que tienes en el cuerpo se verá gravemente afectado, porque cuando cuando se trate de él no podrás pensar.-
-Claro que podré-
-Ahora es cuando me arrepiento de no haber comido también esa parte de ti-
-¿La parte que no puedes manipular?-Preguntó burlesco. La parte que el lobo no podía controlar era él, era su alma. -Cállate de una vez y regresa, quiero pensar-le dijo después cerrando los ojos.
-Ni tu falta de emociones te salvarán de esta, nada te protegerá de caer por él- Mientras decía esto su voz se iba alejando cada vez más.
Camiel abrió los ojos, el lobo ya no estaba frente a él, se acostó en el suelo y no pudo evitar preguntarse si sería verdad -Con que caer por él- Imposible, se contestó, no había forma en que él pudiera sentir algo diferente al deseo que querer sobrevivir y no ser molestado.
Nada podía lastimarlo, nadie podía llegar a él, no había nada que quisiera, el lobo monstruo tenía razón, él era una cáscara vacía. Sin ningún sueño, sin ningún anhelo, sin ningún dolor...
Todo lo que podía sentir era físico, deslizó las manos por el pasto verde, pero esto no le produjo nada, ni siquiera molestia.
Cuando se está herido pero no se siente nada hay que preocuparse, el dolor es la única alerta que tiene el cuerpo para avisar que algo va mal, su cuerpo sentía dolor, él no, y él dolor es la única forma de saber que aún se está vivo.
Había visto tantas muertes, personas que había visto alguna vez durante mucho tiempo habían regresado sin vida luego de una misión, trató con ellas y en su momento veló por su seguridad, pero aun así no podía recordarlas como más, para él sólo eran como las hormigas con las que una vez se cruzó en el camino.
esa?. Apretó su puño. Ni Siquiera tenía el deseo de suicidarse, si la corriente lo llevaba o lo traía para él era igual y eso estaba cansandolo, si se habían llevado su capacidad de sentir entonces ¿Por qué no se habían llevado su razón también? Todo sería más fácil si fuera un inconsciente porque estaba harto de saber que está bien y que está mal, de saber cuál era su problema pero no poder hacer nada al respecto. Entonces lo recordó.
Apareció de la nada lanzándose encima, se apretó contra mí fuertemente y ya no pude controlarme, su olor era relajante como la tierra mojada y a la vez dulce y atrayente como las rosas, él olía a una mezcla de tierra y flores, llegué a pensar que ningún olor podría interesarme jamás hasta que pude olfatearlo. La tierra mojada es algo que está en el ambiente cuando cae la lluvia, las flores crecen en ella, son olores muy comunes, pueden estar juntos en el mismo lugar pero jamás se mezclan, Daniel tenía como olor personal lo imposible, su aroma era una mezcla de esto. Pensé que se trataba de un error y eran solo olores que se habían impregnado en él pero por más que aspiraba de su aroma más se volvía claro para mí que él era la fuente. Sin poder resistirlo pegué mi nariz a su cuello y me embriagué, era sensacional, activaba en mi algún tipo de entusiasmo, de deseo, entonces quise adueñarme de su efluvio, robarlo todo. Sin poder contener mis instintos de apropiación metí mi lengua en su boca, saboreandolo, sabía tan dulce como olía y también quise más de ese néctar. Lo caté con todo él deseo que me permitía el fragmento que tengo por alma, una anguila eléctrica se movió en mi pecho y dio una descarga cuando él movió al igual que yo su lengua en busca de lamia. Tomé la decisión de tomar hasta su sombra si era necesario, fue entonces cuando lo cargué para llevarlo hasta mi habitación mientras absorbía de su cuello con mis labios las microscópicas gotas de sudor que le daban el encantador olor a su ser. Ya tenía una erección entre mis piernas para ese momento, lo lancé a la cama y ni siquiera me propuse arrancarle el vestido con mis manos cuando sólo en un parpadear ya lo había hecho. Dejé al descubierto la piel más perfecta que había visto en mi vida, y allí bastantes resaltantes entre tanta blancura dos pequeño botones hinchados y rosas pedían a gritos que pasara mi lengua por ellos. Pude notar en mi momento de apreciación como el chico peleaba con los botones de mi camisa con desesperación casi y falto de paciencia le dió un tirón a la camisa que los mandó a volar, me sentí satisfecho de que él estuviera igual que yo.
Cuando pasó sobre mi piel sus manos acariciándome con ese deseo tan inexplicable, tan potente y definido sentí como no sólo mi erección palpitó si no que algo saltó dentro de mi. Él alzó la mirada y noté que sus ojos eran del color del cielo y me dije que tal vez de esa forma podría alcanzarlo, alcanzaría el cielo si lo hacía mío.
Tomé rápidamente uno de esos rojos pezones necesitados que tanta atención pedían entre mis labios, succionando y repasando con la lengua, los tomaba en mi boca con codicia y lamía el camino que hay de un pezón a otro. Él gemía fuertemente sin restricciones motivándome a continuar, le había encantado lo que estaba haciéndole, sostenía mi cabello, presionaba mi cabeza contra su pecho exigiendome más y esto me ponía más excitado si era posible. Subí hasta su boca y él protestó, pero yo quería sentir como sus ruidosos y maravillosos gemidos salían de su garganta para morir en mi boca, lo besé apasionadamente y él no pudo hacer más que cumplir con mis deseos, avergonzado por alguna razón. Entre el beso jugué un poco con mis dedos en sus botones haciéndolo temblar y arquearse, me gustaba que su cuerpo fuera tan sincero respecto a lo que sentía. Separé sus piernas y me metí entre ella, bajé las manos acariciando todo su torso y de la misma forma en que quité su vestido así mismo pasó con su ropa interior, unas panties azules celeste que le quedaban muy bien fueron hechas trizas.
Tuve una excelente vista de todo, tenía un pene pequeño que quise meter en mi boca al momento en que lo libere de la prenda azul, estaba enrojecido y goteaba, pude apreciar rápidamente esos muslos tersos y esa pequeña entrada rosa que ya estaba más que mojada protegida entre sus nalgas, tomé rápidamente esas redondas nalgas y las tantee a mi gusto, eran magníficas, las separé para poder mirar mejor esa pequeña entrada tan atrayente, estrujaba sus nalgas con gula y apoyé mi erección contra su ano y me empujé sin pensar, él gritó por el dolor, era un virgen, de lo estrecho que era sólo había entrado la punta y el ya quería llorar prendiéndose tiernamente de mis hombros, eso me hizo querer metérsela más rápido. Empujé mi pene con fuerza para entrar del todo, él gritó más alto que antes y las lágrimas escaparon de sus ojos, atrapé una lágrima que bajaba por su mejilla con la lengua y la saboree, sabía tan bien como todo él. Estar dentro de él era muy satisfactorio por lo apretado que era, pero a él por el contrario le costaba trabajo hasta respirar -Relájate-le pedí, aunque esa cara roja y adolorida me atrajera tanto. Al parecer le hizo sentir mejor enterrar sus uñas en mi espalda, eso sólo me encendía y aunque hubiera querido verlo llorar más por tenerme dentro de él siendo una bestia esperé para poder moverme, él supo pagarlo con creces, cuando empecé a moverme él lo disfrutó de la misma forma en que yo y hasta se movió también lo que fue realmente delicioso, ver donde se unían nuestros cuerpos y oír nuestras caderas chocando me dio un morbo que no puedo explicar, lo moví y me empujé en él cuán intenso quise, para subir mi ego él sólo gemía complacido. Después de empujarme con más fuerza sentí rozar con mi pene una parte dentro de él que lo hizo cerrar lo ojos y correrse mientras tenía espasmos y temblaba, esa cara fue todo lo que necesité para seguir adentrándome en él placenteramente, pero cada vez ese capullo de carne se cerraba más y más a mi alrededor haciéndolo casi insoportable, fue entonces cuando sentí que anudaría, me empujé más dentro de él hasta alcanzar su límite y esperé a anudar, toda mi semilla estaría en su interior, mi esencia se quedaría en su cuerpo para siempre. Le regalé un segundo orgasmo y para cuando acabé el estaba inconsciente.
Fue entonces cuando reaccioné, aun me pregunto que fue lo que pasó. ¿Cómo fue que terminé llevándolo a mi cama? había tenido sexo con el hijo del amigo de mi tío, ese que siempre me envía algún postre, hace tiempo no lo veía, la última vez que lo ví tenía trece años, creció, ahora es todo un omega. Había escuchado cosas de él, la gente decía que él era un quedado a pesar de ser el omega perfecto, aunque era extraño que fuera virgen con la edad que tenía.
Tenían razón, era muy hermoso, sin duda sería un gran esposo... Pero yo no quería un esposo, sólo quería a alguien fuerte que portara en su vientre a mi descendencia, un guerrero, no un ama de casa. Este omega no sirve para mis propósitos, sólo será una carga, no podrá defenderse solo y tendré que velar por el todo el tiempo, si alguna vez ocurre un desastre de esos que son tan probables él no podrá defender a mis crías, ni siquiera a él mismo. Había poseído a un virgen y ahora tendría que casarme con él por obligación, y me imaginé como seguramente sería todo.
Me iría por meses por el trabajo y lo dejaría solo el resto del tiempo, sólo regresaría cada tres meses para asegurarme que su estomago siguiera lleno de mi, él sería molesto y siempre me reclamaría con justificada razón por no estar con él como se debe y no darle el cariño que ni siquiera puedo sentir a nuestros hijos. Como pasa con con todas la esposas después de un tiempo me pediría dejar el trabajo, cosa que no haré jamás porque matar es el único trabajo que se hacer, él se deprimirá y me preguntará constantemente sobre el amor yo no podré mentirle, llorará mucho, se llenará de soledad y me odiará. Es mejor cortar todo de raíz, un ama de casa no es mucho más que una mucama, sólo se queda en casa y espera, no era lo que esperaba de una pareja. Además ya tenía planes para su vida con respecto a eso, desde que era un niño había resuelto su vida en ese aspecto.
Le pediría a Zac que fuera su omega, desde que vio a Zac cuando era un niño la primera vez supo que había una chispa dentro de él, sea lo que fuera sería fuerte, y era justo lo que él necesitaba para ser la madre de sus futuros hijos, él podría protegerlos si alguna vez se dejaba asesinar, él jamás le pediría que dejara el trabajo porque él también era un hombre de guerra y entendía, él podría recuperarse más rápido del sufrimiento que le ocasionaría su desamor, además ya había empezado una relación sexual con él. Pero ahora sus planes se verían frustrados por haber tomado a ese omega, de alguna forma sentía que era culpa de lobo que llevaba dentro, pero eso no era posible porque jamás lo escuchó pedirlo en la mente, sólo sucedió, es que el con su olor lo había enloquecido momentáneamente, era porque estaba en celo, de otra manera no se lo explicaba que pudo provocar esa reacción en él.
Cuando el chico despertó se encargó de decirle todo lo que pensaba con respecto a él, tal vez fue algo brusco para referirse y dijo cosas que de verdad pensaba de forma totalmente grosera, pero era mejor, así él se desencantaría de él de y no se haría más ilusiones. Tal vez era un maldito por haber tomado su primera vez y haberse marchado como si nada, pero él no sentía ninguna culpa.
Aunque ¿Por qué ahora mismo se acordaba de ese día?.