La chispa de la maldad.

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-¿Qué tengo que hacer?-

-Pues...- David me hizo escribir una lista con todas las cosas insultantes que me había dicho y hecho Camiel, no sé para qué pero no era nada dificil para mi recordar cada una de esas palabras.

-Espera, espera ¿Qué estás tratando de decir?-

-Que para sacar a Camiel de sus casillas tienes que ser mi esclavo.-

-Eso no pasará.-Me negué rotundamente.

-Vamos, será divertido-intentó convencerme -Sólo serás mi sirviente a modo de juego-

-¿A modo de juego dices?-Suspiré -La verdad es que no entiendo tu estrategia ¿no deberíamos demostrarle a Camiel que no soy lo que él piensa? Si hacemos eso estaríamos dandole la razón-quise hacerle ver.

-Esa es la cuestión, sacarlo de quicio será fácil si haces lo inesperado, él esperaría que te vuelva un guerrero o que se yo.-

-¿Y por qué tengo que ser tu sirviente?-Intenté saber otra vez, haber si así cuadraba su ocurrencia.

-Por eso mismo, porque serás mi sirviente, no el suyo-

-Ooh-Fue lo que dije empezando a entender.

-¿Cómo crees que reaccionaría si su omega es el sirviente de otro Alfa? Cualquier Alfa estaría más que enfadado- Demonios, no lo había visto así. Tenía mucho sentido.

-Está bien- Acepté -Seré tu mucama- Y así fue como empezó nuestro macabro plan "Desespera al pulgoso" no me encanta el nombre lo reconozco, pero David insistió en que era perfecto.

-Ni loco me pondré eso ¿Qué piensas que soy? ¿una ramera de club nocturno?- Le pregunté. Ahora estábamos en la habitación de David, que desde ahora sería la mía también ya que no me sentía muy cómodo regresando al edificio de los novatos, David me había acompañado a recoger mis cosas de la habitación, ni hablar de las horribles miradas que me lanzaban los que me veían pasar, si antes había un rumor de que era un prostituto seguro ahora ya para ellos esa era la verdad pura, pero poco o nada me importaba.

Su cuarto era una enorme habitación con baño propio que no compartía con nadie, era fácil adivinar porque, los aburría hasta que se cambiaban de cuarto. Bueno, así era él.

-Pero tienes que verte seductor-Se quejó casi como un niño pequeño.

-Pero eso no es de seductor, es de putos- Le hice ver. Él rodó los ojos y luego miró el traje.

-Está bien-Se resignó -Cambiaremos de uniforme- A David se le había metido en la cabeza que era completamente necesario que yo me pusiera un uniforme de esos de maid, por eso después de resignarse me pidió elegir el uniforme que me parecía mejor mediante su computadora, esas máquinas... Lo que sea, también insistió en que tenía que arreglarme como lo hacía normalmente antes de que todo esto iniciara, no me quejaba por esa parte, por eso antes de visitar a mi hermano al hospital me hice la manicura, me tomó dos horas completas pero quede satisfecho con los resultados.

Ver a mi hermano me subió mucho el ánimo, las cicatrices de su cuerpo habían desaparecido casi en su totalidad, donde antes estaba esa zanja atravesándolo ahora quedaba una pequeña línea similar a un rasguño, sin duda alguna ni cicatriz dejaría.

Apenas me vió entrar a la habitación saltó a mis brazos alegre, al parecer su ánimo también había subido con la desaparición de sus marcas, él único que tendría una cicatriz ahora sería yo pero había valido la pena. Me quedé cerca de dos horas contándole las cosas que hacíamos de pequeños, de como yo le ponía ligas en el cabello y el se las quitaba. Y más o menos de temas así hasta que él tema que yo no quería tocar salió.

-Daniel, ¿Tú ya tienes Alfa?- Ok, demasiado pronto para empezar empezar a mentir, pero aun así...

-No, aun no lo conozco-

-¿Y nunca has estado con un Alfa?-Me preguntó sonrojado. Cielos, no quiero hablar de esto con mi hermano menor, ni con nadie de hecho ¿Por qué sale ahora con estás preguntas? Está bien, estaba bien, tengo veintiún años, estás cosas no deberían incomodarme, pero hace apenas nada era virgen todavía, después de eso mi primera vez con mi Alfa pasó a ser la posiblemente única de mi vida y eso me hace un inexperto total en el tema.

-Am... No- Mentí de nuevo, tal vez así me libre de preguntas embarazosas -¿Por qué tienes curiosidad?-quise saber.

-Es que... Yo no recuerdo pero, tengo un Alfa y b-bueno-Decía apenado, era gracioso verlo tan rojo por primera vez, normalmente él era un descarado de lo peor. -Me besa y hoy... Me tocó algo- Ahh, suficiente, me basta con esa información.

-¿Te gusta que lo haga?-Le pregunté, él asintió con la cabeza como un tomate. -Es normal, estu Alfa ¿no recuerdas nada de esa parte de nuestra naturaleza?-Él negó -¿Nadie te lo ha explicado?-Negó nuevamente, yo suspiré, si no había de otra. -¿Sabes que es un Alfa?- El se lo pensó.

-No estoy muy seguro-contestó.

-¿Sabes que tanto él como tu son hombres lobo no?-El asintió. -¿Sabes cuál es la diferencia que hay entre los dos así sean hombres y aparentemente iguales? -Él asintió, yo le hice una seña con la mano para que me la dijera.

-¿El es más grande que yo? N-no es que me queje, me g-gusta eso -Me miró -¿Es eso?- Aish realmente no le habían dicho nada sobre el tema.

-Tiene que ver en parte-Le contesté para no hacerlo sentir mal -Bien, a pesar de que ambos son hombres lobo ustedes dos son muy diferentes aunque aparentemente sean iguales-Traté de explicarle. -La raza de los hombres lobo se divide en tres tipos de géneros; Los Alfa, los Beta y los Omegas. Todos son muy importantes para el buen funcionamiento de una manada, pero por hoy solamente te explicaré lo básico que necesitas saber... Bien, de los tres generos de nuestra especie tu eres el tercer género, eres un omega, verás, los omegas podemos ser femeninos o masculinos, nosotros somo omegas masculinos, todos los omegas tenemos el don de la concepción, lo que quiere decir que podemos quedar embarazados, podemos guardar vida en nuestro interior pero para esto necesitamos a los Alfas que genéticamente son los únicos que pueden embarazarnos ya que sus espermatozoides son los más fuertes de la raza, además al parecer fuimos hechos un género para el otro. -Tomé aire para seguir -Los omegas tenemos ciclos de fertilidad, cada tres meses más o menos según el omega entramos en celo, que es cuando nuestros óvulos están listos para ser fecundados, el celo es como una alarma que avisa que ya estamos listos para poder concebir... Los síntomas son una elevación en la temperatura corporal, pérdida del razonamiento... -Cielos esto es tan incómodo, empecé a ponerme rojo- Y-y unos elevados niveles de excitación sexual, es que en ese momento el que tiene el mando es nuestro instinto animal que sólo pide ser... Inseminado, lo único que queremos en ese momento es quedar embarazados... Al estar en celo nosotros desprendemos nuestro propia marca de olor personal elevada al mil con la intención de atraer a los Alfas, sólo los Alfas responden a este olor y contestan con su propio olor, entonces al estar esa cantidad de hormonas en el aire el ambiente se vuelve sofocante, ambos pierden el razonamiento y si el omega no ha tomado supresores es posible que después de un salvaje encuentro sexual bajo los efectos del celo quede en embarazo.- Finalice, Matt parpadeaba asimilando todo.

-Entonces ¿por eso Zachary huele tan bien?- preguntó aun con esa mejillas sonrojadas.

-No es que Zachary huela bien- Mi hermano inmediatamente frunció el ceño, al parecer no le gusta que digan nada de su Alfa -A ti te huele especialmente bien, es normal, es porque Zachary es tu Alfa, oh, no te expliqué eso- Lo pensé un poco, antes sin duda hubiera dado emocionado la explicación mágica de las almas gemelas y todo eso, supongo que maduré, me siento más inclinado a contar la versión científica -Entre Alfas y Omegas existen niveles de compatibilidad que se miden básicamente por el aroma que despiden las parejas, cada olor es completamente único e irrepetible porque no se encuentra ni en la misma medida ni con la misma intensidad, a todas las personas no nos gustan los mismos aromas, algunos omegas se ven atraídos por lo olores marcados, otros con los suaves y así, lo mismo pasa con los Alfas, por eso cuando encuentras a una persona que le encanta en demasía tu olor y a ti te encanta de la misma manera su olor entonces a eso se le llama pareja destinada, debido al aroma las parejas que se atraen liberan su efluvio cargado de hormonas, ambos responden, eso los envuelve en un celo inducido por el olor, y a eso se le llaman parejas destinadas.-

-Entonces Zachary ¿Es mi pareja destinada?-

-Sí, me contaste que enloqueciste a penas lo olfateaste y que te le lanzaste encima a besarlo con un motón de gente presente- Me reí.

-¿De verdad hice eso?-preguntó avergonzado, yo asenti y reí de nuevo, su vergüenza me hacía tanta gracia.

-Pero es sólo por el olor... ¿Y sí a una persona le gustan los mismo aromas que a mi?¿o qué tal que otra persona huela igual que yo? ¿Entonces Zachary me dejará? ¿Yo seré capaz de abandonar a zachary?- Me arrepentí. Genial, ahora le había causado dudas con respecto a su relación por ser egoísta y pensar sólo en lo que yo sentía, ahora desee haber contado la versión mágica. Suspiré internamente decidido a resolverlo, no era nada que no pudiera remediar todavía.

-Eso no pasará, Zachary jamás te reemplazaría ni aunque tuvieras un hermano gemelo, es porque nuestro olor depende de varios factores, aun cuando hubiera una persona totalmente igual a ti jamás su aroma sería igual. Nosotros olemos a lo que hacemos, el olor depende de lo que nos alimentamos, de nuestra rutina, de nuestra sangre, nuestra temperatura, para que existiera una persona con tu mismo olor tendría que tener tu sangre, haber nacido el mismo día que tú, haber tomado el solo las veces que lo hiciste, haber comido lo que tu en todos tus años de vida, tendría que realizar tus ejercicios, y todo eso justo en el mismo tiempo que para que no haya ningún cambio en los matices, es imposible ¿no crees? ni yo que soy tu hermano ni siquiera me asemejo a ti, dime ¿Qué logras percibir de mi aroma?-

-Hueles como... -Se acercó aspirando con los ojos cerrados -Se parece a las flores rojas que me trajo Zachary el otro día, más dulce aún, y hay algo que no deja que sea empalagoso, huele... Como cuando llueve-

-Es tierra mojada- Le sonreí -Es porque de pequeño pasaba mucho tiempo en el jardín, el olor se quedó en mi y mi cuerpo lo asimiló como mío-

-¿Cómo hiciste para saber a qué hueles? yo no siento mi propio olor y ¿quiere decir que si me meto bajo la lluvia oleré por siempre a lluvia?- Preguntó confuso, yo me reí con ganas.

-Jaja, no, no, tu cuerpo asimilará el olor siempre y cuando sea parecido al tuyo ¿entiendes? existen personas a las que jamás se le pegaría en la piel el olor a flores porque simplemente no va deacuerdo a su olor, para que se te pegue un olor tiene que ver mucho tu temperatura corporal, tu piel, tu sangre, depende de ti. Y no, no siento mi propio olor, sólo lo he sentido después del celo, porque es cuando tu olfato está más agudo.

-¿Y todas las personas huelen a cosas que ya conocemos?-

-No, es que siempre estamos comparando las cosas desconocidas con las que ya conocemos por eso al describir un olor nunca estamos seguros, sólo decimos "es parecido" o "huele como" por ejemplo tu hueles como a mandarina con menta, claro, en parte, la otra no puedo describirla, sólo puedo decir básicamente que hueles a ti.

-¿A qué olían nuestros padres?- Yo guardé silencio, aún me afecta pensar que ya no estaban, pero tenía que superar pronto lo de mis padres si quería seguir adelante.

-Mamá era una mezcla de mandarina con canela, papá olía a menta y limón- Contesté luego de un momento.

-¿No es extraño? Yo huelo como una mezcla de ellos, y sus olores eran similares ¿crees que se gustaron por eso?-

-No lo sé pero ¿sabes que creo yo?-

-¿qué?-

-Que las parejas destinadas pueden oler en ellas algo que nadie más puede-

-¿eso crees?-

-sí-

-¿Crees que esté bien que me deje tocar de Zachy? Me gusta cuando lo hace pero es que no entiendo lo que me sucede cuando estoy con él y eso me hace sentir inseguro y avergonzado, por eso lo detengo-

-Creo que tienes que hablar con él y decirle lo que sientes, no hay razón para estar avergonzado, eso lo que pasa cuando tienes pareja -Y justo en ese momento entra a la habitación el rey de roma.

-¿Cómo están?- saludó. Una sonrisa del tamaño del sol iluminó la cara de mi hermano, me sentí tentado a rodar los ojos.

-¡Bien!-contestó animado Matt.

-Bien...-Contesté algo indiferente, aún estaba molesto con él por no haberme dicho lo de mi hermano. -Creo que ya me voy, volveré mañana- Avisé. Me levanté y empecé a salir.

-Espera Daniel, tengo que hablar contigo- Me frenó tomándome del brazo cuando pasé por su lado, mi hermano y yo nos quedamos en expectativa mirándolo -Por favor-Se escuchó algo lastimero. Estaba a punto de decirle que estaba bien cuando mi hermano saltó de la cama y tomó el otro brazo de Zachary jalandolo hacia él frunciendome el ceño. Oh, lo que me faltaba, ahora mi hermano esta celoso de mi.

-Tal vez en otra ocasión- Concedí más que incómodo, rápidamente salí de la habitación, que ellos solucionaran sus problemas de pareja y que si ha de ser posible no me mencionaran en la conversación. Bueno, pero al menos me voy en paz porque a la vista se ve que están muy bien.

Salí del hospital para dirigirme a buscar a David, me dijo que estaría en el ala de entreno A... ¿o era el B? en fin, pasé rápidamente por el ala A, la gente se me quedaba mirando como bicho raro. Me asomaba por las ventanas de cristal para ver si lo veía pero nada que aparecía, ya me faltaban las últimas salas, las revisé y nada, al fondo había una habitación, tal vez estuviera ahí, me asomé por el cristal de la puerta pero no había nadie.

Apoyé mi frente contra la puerta más que cansado de buscar y la puerta cedió, al parecer estaba mal cerrada, me habría roto la nariz de no ser porque puse mis manos enfrente pero en cambió me había lastimado la herida de la muñeca que aun no sanaba, me senté quejandome abiertamente por el dolor, cuando fue menos intenso me levanté y pude observar que esa habitación era una oficina, escuché voces que venían y me asusté, tal vez hubieran problemas si me veían ahí, por el afán del momento decidí esconderme debajo de un escritorio, como me temí escuché a alguien entrar, me asomé por una rendija y ví a Zac con una mujer, al parecer discutían. Ella cerró la puerta y lo empujó acorralando contra la pared, entonces comprendí que ella era un Alfa. Mi reacción era una mezcla de todo; Me sorprendí un poco, claro ¿Y cómo no? La pareja con la que se había comprometido Camiel se encontraba encerrado con otro Alfa en una cuarto, solos y demasiado cerca, por otro lado sentí algo de rabia con Zac por hacerle eso a Camiel y en lo que quedaba me sentí extrañamente bien, tal vez... No, Camiel definitivamente se merecía que lo engañaran. Dejé de mirar por la rendija algo hastiado y me recosté contra el escritorio de madera maldiciendo mi suerte, solo rogaba al cielo para que no me tocara escucharlos teniendo relaciones.

-Déjame Lauren, suéltame de una vez-Se quejó revolviéndose, pero la chica era más fuerte que él.

-No, deja de comportarte como una zorra y respetame-

-Respetame tu a mi, ¿quién te crees que eres?-

-Soy tu Alfa- Mis ojos se abrieron ¿Ella era la Alfa de Zac?.

-No, Ag, me estás haciendo daño-Se quejó, la chica lo soltó pero aun así no se apartó -No eres mi Alfa Lauren, mi Alfa ahora es Camiel-

-Oh, por favor, él no es tu Alfa, sólo lo tomaste como un sustituto para olvidarme, pero sabes que lo que tenemos no es algo que pueda olvidarse, es inútil maldición, ríndete de una vez- Casi rogó.

-No, Camiel... -

-Camiel nada, él no te tiene porque importar, sólo yo-

-Tu dices ser mi Alfa pero no me comprendes, no soy como quieres que sea, sólo quieres que sea tu omega para que puedas convertirme en lo que tu crees que es mejor-

-Te amo y sólo hago lo que es mejor para ti, lo sabes maldición, haría cualquier cosa por ti, pero tu no ves eso, sólo corres a los brazos de ese y te revuelcas con él-dijo con furia golpeando con fuerza la pared.

-Eso es todo lo que te importa, no me amas a mi, sólo amas la ilusión de la pareja destinada, ni siquiera te tomaste el tiempo de conocerme -

-Si que lo hice, lo hice, se todo sobre ti, me aprendí todo-

-¿Entonces por qué a la primera me pediste dejar el trabajo? hiciste hasta lo imposible para que lo dejará, hasta intentar embarazarme cuando sabías que no estaba listo, eso me demostró que yo no te importaba, sólo veías para ti. En un día te conocí y casi al otro ya planeabas toda mi vida sin consultarme que quería realmente.-

-Porque quiero lo mejor para ti, ya, ya te pedí mil disculpas por eso, sé que no estuvo bien pero lo hice y ya me disculpé, yo sólo quiero... Quiero verte bien,-

-¿Y verme bien es verme siendo un amo de casa? ¿De verdad crees que sería feliz haciendo la limpieza y la cena? Me conoces tan bien -ironizó -No soy un omega de casa por más que te mueras por uno, no soy un inútil que se sienta a esperar en casa a que su Alfa regrese. Soy un soldado maldición ¡Date cuenta!-

-¡Eso es lo que no soporto! Precisamente eso, ¿cómo crees que me siento cuando te envían a misión por casi dos meses? Me muerdo las uñas y le rezo al cielo para verte llegar sano y salvo, pero claro, tu no entiendes eso, no sientes lo mismo que yo por ti-Dijo cansada.

-Eso no es verdad, también te amo y me preocupo cuando te envían a misión, pero yo confío en ti y se que regresaras, pero queremos cosas diferentes, p-puedes conseguir a alguien que sea lo que tu esperas... Yo- La razón del porque estoy con Camiel es esa, ambos somos personas de guerra, él entiende lo que siento por mi trabajo, él jamás me presionaría para darle hijos, me acepta tal y como soy, nada más acepta lo que puedo darle...-

-Así que es eso, el te da eso... Zac... Esta bien, no eres lo que yo quería que fueras pero me enamoré de lo que eres, aun así fui muy egoísta y quise contigo las cosas que nunca tuve, quise una familia, quise que estuvieras seguro en mi hogar, porque quise que fueras todo... Y lo fuiste. Pero siempre me pasa lo mismo, siempre arrebatan lo que más quiero... En este momento desearía nunca haberte conocido porque no soy como tu, yo no puedo simplemente conseguirte un reemplazo.-

-Lauren, ¿dónde vas? E-espera, no te vayas-

-¿Para que quieres que me quede? No voy a quedarme a ver como te quedas con otro-

-¿Dónde vas? ¡Lauren! Detente, por favor, por favor, no puedo respirar-

-¡Mierda! Respira, respira-

-N-no me dejes-

-Tu eres el que me dejó, respira con calma-

-Terminaré con Camiel, iniciaremos de nuevo ¿Sí?-

-¿Es enserio? ¿Hablas en serio?-

-Sí... Hoy mismo lo dejaré ¿Quieres eso?- Yo rodé los ojos ante tanto dramatismo.

-Sí, es lo que más quiero en el mundo... Prométeme que cada vez que tengamos problemas no vas a correr donde él-

-Lauren, Camiel es mi amigo-

-Entonces esto no va a funcionar, porque tienes un apego a él más grande al que sientes por mi, siempre he sentido que lo amas más que a mi-

-¿Si fuera así lo dejaría por ti?-

-No lo sé-

Zac suspiró -Camiel es importante para mi porque fue mi primero ¿Entiendes? Es mi amigo, me ha salvado la vida incontables veces y no voy a dejarlo solo-

-Te preguntaré algo. Si yo tuviera un ex amante con el que admito que tuve mi primera vez y las que le siguen, y cada vez que tenemos un problema corro hacia él, y no puedo dejarlo porque es mi amigo y lo quiero mucho ¿Qué sentirías tú?-

-Lo mataría y te mataría a ti-

-¿Ahora lo entiendes? Tienes que terminar con Camiel ahora mismo, ve a buscarlo, yo te estaré esperando en mi habitación-

-¿Ahora?-

-Sí-

-Esta bien-

Escuché como salieron de la habitación y por fin salí de debajo del escritorio, ya tenía las piernas entumecidas por el reducido espacio. Creo que de todo esto salió algo bueno, ya tenía el camino libre para intentar que Camiel se fijara en mí, aunque tal vez no de la mejor manera... A decir verdad no me sentía muy ético planeando llamar la atención de Camiel mientras aún estaba con Zac, pero ahora las cosas suenan a un diferente ritmo, me siento más malo.

Después de buscar por toda el ala A era bastante claro que David se encontraba en el ala B, tenía que empezar el tedioso recorrido de vuelta con la sensación de que mi trasero era observado. Finalmente llegué donde estaba David y no tuve que buscar mucho pues estaba sólo en la segunda sala.

-Llevo esperándote como mil años ¿Dónde carajos estabas?-Me preguntó.

-Buscandote, no vas a creer de lo que me enteré-Le dije bajito, alrededor nuestro habían un montón de soldados entrenando.

-Luego me cuentas, aquí las paredes tienen oídos- dijo señalando al rededor, luego silbó cuando me miró las manos -Hiciste un gran trabajo, tomó mi mano y detalló las decoraciones de mis uñas-Yo retiré mi mano y le dí una palmada en la cabeza a modo de juego.

-¿qué sabes tú de uñas?-Le pregunté.

-Lo mismo que sé de los sentimientos de la gente-Contestó.

-Entonces nada, oye, ¿para que querías que estuviera aquí?-

-Para entrenar...Él suele entrenar aquí y quiero presumir sobre lo que te he enseñado-dijo sincero.

-¿Quieres que peleemos aquí?¿Frente a todas estás personas?-David asintió.

-Los demás tienen que saber de lo que eres capaz, de esa manera podrán considerarte un soldado más y dejarán de estar tan al pendiente de ti- Me dijo.

-Pero ya estarán al pendiente de mi cuando me vista de sirvienta para ti.-Le hice ver.

-Pero no es lo único que quiero conseguir, quiero que puedas venir conmigo a misión cuando me reincorporen al trabajo de campo.- ¿Hablaba en serio?

-¿Crees que yo sea capaz de hacer algo así?-Le pregunté incrédulo.

-Estoy seguro.-Contestó con seguridad -Entonces ¿peleamos?-Yo asentí sonriendo casi con lágrimas en los ojos, me emociona que David confiara tanto en mi.

Nuestras peleas no eran nada amables, eran reales al cien por ciento, y después de un rato de atacarnos mutuamente y evadir golpes terminamos en el piso, es que me lancé a la espalda de David pero él como el bruto que es se lanzó de espaldas contra el suelo haciéndome golpear y tirando todo su peso contra mi, me sacó el aire, cuando se estaba levantado aproveché para enredar mis piernas en su cuello impidiéndole respirar, de esa forma lo inmovilicé, el enterró sus dedos en mis piernas tanteando hasta que por fin encontró algo y agarro ese pedazo de pierna con fuerza haciéndome gritar, al parecer había jalado un tendón, uno que estaba usando, por eso me dolió tanto.

Automáticamente solté mis piernas y así fue como nuestra pelea se dio por terminada, él se levantó tosiendo un poco algo rojo, yo me quedé en el suelo incapaz de mover la pierna por temor a que me doliera.

-¿Estás bien?-Me preguntó.

-No, cielos, no estoy bien-Me quejé mirándolo desde abajo. -Hiciste trampa, utilizaste una técnica que no me dijiste que existía-Le recrimine.

-Así es la guerra- Se justificó con esa pobre excusa. -¿Duele mucho?-Quiso saber.

-¿Tu que crees?-

-Déjame ver-

-¿Qué vas a ver?-

-Pues donde te lastimé, vamos quítate el pantalón- Aunque me quite el pantalón no pasa nada porque debajo del pantalón tenemos que llevar una pantaloneta, hace parte del uniforme.

-¿Crees que me quitaré el pantalón así no más? Ah, no, espera, ayúdame a quitármelo- Dejé que se acercara y apenas estuvo lo suficientemente cerca le lancé un puño que puso su nariz a sangrar. -Ahora ya me siento mucho mejor, gracias-Me levanté dignamente del suelo, solo con ayuda de mi brazos y mi otra pierna.

-Espero que te duela por lo menos una semana entera-Me deseo mirando la sangre entre sus dedos.

-Deberías agradecerme, arregle tu cara fea-El castaño hizo visco tratando de mirarse la nariz y luego me miró indignado. Me hizo gracia y me reí. -No es verdad, vamos tengo hambre.-

-Cierto, tengo que alimentarte ya que eres como mi mascota- Bromeó. Yo le dí un calvazo con mi mano por atrevido. Me apoyé en él ya que no podía apoyar todo mi peso en mi pierna y justo cuando dimos la vuelta nos dimos cuenta que teníamos mucho público, y entre el público Camiel con sus tíos y su exnovio, obstruyendonos la salida.

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